No todo el mundo sabe que al norte del aeropuerto parisino Charles de Gaulle comienza uno de los mayores bosques del norte de Francia. Se trata del bosque de Chantilly, una masa forestal de 6.344 hectáreas que se extiende por seis municipios y que apenas se encuentra a 37 kilómetros del centro de la capital. Declarada zona natural, este antiguo bosque de condado acoge toda una reserva de flora, así como monumentos históricos.
Uno de ellos, en el municipio de La Chapelle-en-Serval, es un palacio de cuento que ha sido reconvertido en hotel: el Tiara Château Mont Royal Chantilly. Es de esos hoteles con mucho encanto que, sin necesidad de albergar grandes cantidades de huéspedes, concentrar sus servicios para que las cinco estrellas se nos antojen pocas. Levantado por Guillaume Tronchet, este castillo al estilo del Loira cuenta con 108 habitaciones, de las que seis son suites en las que no se ha reparado en decoración imperial.
En el siglo XVIII era usado como palacete de caza. La restauración de 2008 mantuvo buena parte del edificio original, por lo que no es imposible hacerse una idea de cómo eran las escapadas de la nobleza parisina a este lugar. Además, la decoración mantiene los muebles estilo Luis XV y Luis XVI, por lo que incluso un viajero en el tiempo de aquella época no se sentiría 'del todo' extraño allí.
El complejo cuenta con varios espacios para el relax gastronómico, como el bar Le Stradivarious, con paredes llenas de libros y mullidos sofás; o el restaurante L'Opéra, un antiguo salón de baile que ofrece cenas de autor muy sofisticadas. Y, cómo no, un perfecto spa en el que destaca una piscina interior con jacuzzi que recuerda a la de las grandes mansiones norteamericanas, con cortinas que separan pequeños sofás del agua.
Todo un lujo para retirarse en una escapada, aprovechando un viaje de negocios a París y que se pueda extender al fin de semana. Desde 200 €/noche.
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