Estás andando tranquilamente por las dependencias del hotel The Cosmpolitan de Las Vegas cuando, de pronto, te llega un olor familiar... "Juraría que estoy oliendo una paella", piensas, al tiempo que te dices que no puede ser, que estás a miles de kilómetros de un paquete de arroz bomba valenciano. Pero la nariz no nos ha engañado, porque a pocos metros, el genio de José Andrés está, precisamente, cocinando una. El é by José Andrés es uno de los 13 restaurantes de este espectacular cinco estrellas que, como buen hotel de Las Vegas que se precie, tiene también casino.
En pleno Strip, The Cosmopolitan es un hotel atípico. Levantado en dos grandes torres, suma 3.000 habitaciones. Pero en ellas no se puede determinar la categoría por los metros cuadrados así como así, ya que las habitaciones más pequeñas son tan grandes como las suites de otros establecimientos de la misma categoría. El por qué hay que encontrarlo en el origen del inmueble, que fue proyectado para albergar pisos y no un hotel, pero la crisis inmobiliaria quiso que cambiaran las tornas, con la proyección ya terminada.
Si en Las Vegas todo hotel es un parque temático, aquí no hay grandes escenificaciones históricas ni monumentos de una ciudad europea en medio del lobby. Más bien es toda una oda al diseño contemporáneo y de vanguardia. Así, dentro de la lámpara diseñada por David Rockwell hay una coctelería con lounge; y jóvenes pintores y escultores han sido invitados a decorar pasillos y estancias comunes con sus obras.
Pedir un cosmopolitan en el hotel del mismo nombre es todo un clásico. En este caso, en la coctelería Vesper, nombrada como homenaje a la primera chica Bond, y cuyo diseño quiere imitar a la falda de Alicia, cayendo por un agujero, dentro del país de las maravillas.
Con la idea de sorprender, esta Nochevieja la celebrarán en The Cosmopolitan con un concierto de Tony Bennett y Lady Gaga a dúo (coincidiendo con el trabajo discográfico que han lanzado hace pocos meses); y su gran piscina, todo un reclamo en verano, ha sido convertida durante el invierno en una pista de patinaje sobre hielo, lo cual no deja de ser curioso en pleno desierto de Nevada.
Experiencias que se pueden disfrutar desde 130 €/noche. Y, si hay tiempo, jugamos una partida o dos al blackjack.
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