Viajar

Milos: donde Venus se quedó a dormir

Volamos hasta tierras griegas para conocer una de las islas más bellas del Egeo

Aquello de llegar en barco a una playa alejada de la civilización tiene su aquel, sobre todo, cuando el dónde es Grecia y el cuándo, un espléndido día de verano. Antes de arrancarnos a hablar de los encantos que esconde la isla de Milos, probablemente la menos conocida de las Cícladas helénicas, advertimos a aquellos lectores que padecen episodios de ansiedad cuando semejantes destinos aparecen ante sus ojos, que tal vez éste sea el momento de dejar de leer. Aquellos que gestionen bien estas emociones, pasen y disfruten de las maravillas griegas que ofrece al viajero esta ínsula que da origen a la Venus de Milo.

En pleno Egeo se encuentra esta perla con forma de U abigarrada y más de 125 kilómetros de costa salpicada de decenas de playas arenosas, recónditas calas y alucinantes cuevas marinas, como la de Smaragdenia. Milos es el paraíso de los acantilados frente al mar, de las puestas de sol idílicas y de esos pueblos genuinos en los que uno consigue sentirse la mar de a gusto. Nuestro recorrido isleño comienza en Plaka, su capital, ubicada sobre una colina que mira a las aguas y custodiada por un castillo que merece la pena visitar.

Otra de las paradas obligatorias se topa en el puerto de Adamas, un bonito pueblo pesquero de inmaculadas casas pintadas de blanco y empedradas callejuelas, entre las que se hallan las típicas tabernas tradicionales. Abandonamos el bullicio para adentrarnos en regiones más tranquilas, como Klima, en la que se sitúan los recintos arqueológicos más destacados de Milos. Aquellos que busquen playas de postal deberán pasarse por Firiplaka, Jivadolimni, Paliojori, Gerontas o Papafrakas, entre otras (cuestión de gustos). Os sorprenderá la enorme formación rocosa de Glaronísima, al norte de la isla, un grandioso peñasco que emerge de las profundidades del agua a modo de columnas hexagonales para recordarnos que nos encontramos en tierras volcánicas, pese a la rica vegetación que envuelve la isla.

Y sin casi darnos ni cuenta, llegamos al final, pensando ya en otra excusa para volver a perdernos por los pueblos y playas de Milos, la Venus del Egeo. Bonita isla. Habrá que volver.

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Anem a Grècia: Milos desde 1170€ por persona, 6 noches. Incluye 2 noches en Atenas y 4 en la isla.