Sus cifras son, sencillamente, para quedarse boquiabierto un buen rato, al menos tantos minutos como necesita la vista para recorrerlo de principio a fin. Y es que el Allure of the Seas no es por casualidad el barco más grande del mundo (junto a su gemelo, el Oasis of the Seas). Cuenta con 362 metros de eslora (casi cuatro campos de fútbol), 66 metros de manga y un alzado de 65 metros sobre la superficie del mar.
Además, el barco tiene capacidad para 6.318 pasajeros (5.400 en alojamiento doble), que son atendidos por una tripulación de 2.384 miembros procedentes de 80 países. Se reparten entre los 2.706 camarotes del buque, de los que más de la mitad tienen balcón, y cuenta, además, con 28 modernas loft suites con vistas al mar. Sus futuros ocupantes durante los próximos meses tendrán la suerte de despedirse de tierra firme desde uno de los puertos más emblemáticos de nuestro país: el de Barcelona.
Y es que España ha sido el destino elegido por la compañía Royal Caribbean como base del 'veraneo' del impresionante trasatlántico. Por primera vez será posible admirar de forma continuada este titán marino en nuestras costas, y no solo eso, sino también embarcarse y disfrutar de él en dos circuitos diferentes.
Por un lado, un crucero de cinco noches por el Mediterráneo Occidental, haciendo escalas en Roma y Nápoles (salida el 19 de mayo; desde 708 €). Por otro, uno algo más largo, de una semana, en el que además se añaden Palma de Mallorca, Marsella y La Spezia (Pisa), con salidas de mayo a octubre (desde 900 €).
El final del verano será, también, la despedida del trasatlántico, que volverá a su entorno natural: el Caribe. Un viaje fascinante cruzando el Atlántico que la compañía también ha querido compartir con quien quiera sentirse como los viajeros adinerados de hace un siglo, aunque tardando, claro, mucho menos que ellos en llegar de Europa a Estados Unidos. Será un viaje de Barcelona a Fort Lauderdale (Florida), haciendo escala en Málaga, que saldrá el 25 de octubre (desde 620 €). Doce noches que bien podrían ser el marco perfecto para una celebración de altura. ¿Quién dijo que solo en San Valentín se puede emular a Leo y Kate en un barco?
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