Destinos

Un camino sin igual

Pocas carreteras en el mundo se pueden comparar con la que recorre la costa noruega.

El Puente de Storseisundet es el mayor de los ocho que conforman una de las carreteras más espectaculares de Europa: la del Atlántico Norte, en Noruega. Creada para conectar Molde y Kristiansund, no hay viajero que no se emocione ante su paso por la isla de Averøya, un camino complicado que sortea infinidad de pequeñas islas, con desniveles que a veces permiten la ilusión óptica de que el camino se corta y el coche va a caer a las gélidas aguas del océano.

Elegida en 2005 como 'la construcción noruega del siglo', recorrer esta carretera hará las delicias de los amantes de la naturaleza más salvaje. Pájaros, focas costeras e incluso ballenas pueden ser vistas mientras se recorren muchos de sus kilómetros.

Aquellos que se queden en Averøy podrán acomodarse en algunos de sus muchos pequeños hoteles, en casas construidas según la tradición noruega, con grandes tejados a dos aguas. Algunas, como Åkviktunet, son granjas en las que, además de puntos de partida para jornadas de pesca, es posible conocer la vida rural de este extremo de Europa, así como realizar diferentes rutas por los fiordos.