Julio finaliza muy clásico. Agosto no lo empieza menos. Gracias a los festivales de teatro clásico que, como cada verano, convocan a los amantes de la interpretación a disfrutar tanto de representaciones inéditas como de obras consagradas a lo largo de la temporada. Este año, los carteles se debaten entre lo clásico y lo rompedor, especialmente los de Mérida y Olite. Ambas ciudades se zambuyen respectivamente en la antigüedad griega y el Siglo de Oro, con programas muy diferentes entre sí e innovaciones sorprendentes.
En Mérida, y una edición consagrada a los grandes héroes masculinos, no han faltado a la cita figuras como Alejandro Magno o Vulcano —obra inédita, escrita y dirigida por Marta Torres—. Pero es tal vez la leyenda de Aquiles, el clásico más esperado del Festival extremeño. La cita teatralestival por excelencia que tampoco deja de lado la rebeldía femenina encarnada en Lisístrata. Dos estrenos absolutos que prometen incendiar de drama y comedia las arenas del Teatro Romano de la capital.
Como impregnará de crueldad la ciudad navarra de Olite, el taimado Ricardo III, dentro del ciclo Clásicos Fin de Semana. Diecisiete ediciones acreditan al Palacio Real de Olite como uno de los escenarios estivales más prestigiosos de nuestro país a la hora de acoger a los clásicos del teatro. Coincidiendo con el IV Centenario de la muerte de Cervantes y Shakespeare, son varios los montajes inspirados en ambos dramaturgos que engrosan el cartel del festival. Entre ellos el magnífico Ricardo III, dirigido por Eduardo Vasco. Además de Macbeth o Trabajos de amor perdidos.