“Blackbird es una tragedia contemporánea a modo de thriller. Un conflicto real que traspasa la escena, se desplaza al patio de butacas y obliga al espectador a identificarse en lugares incómodos y a vivir emociones difíciles de nombrar”, explica Carlota Ferrer.
La joven y brillante directora de teatro sabía que enfrentarse al Blackbird de David Harrower no iba a ser una empresa fácil. No sólo se trata de un texto controvertido y desafiante. También se enreda en los aspectos más complejos de la condición humana a través de dos personajes igualmente conflictivos: Una y Ray.
Ella busca venganza. ¿Él? No lo sabemos. Al menos al principio. Porque es Una quien irrumpe de nuevo en la vida de Ray. Ella la que pone otra vez sus vidas patas arriba. Claro que antes —hace más de quince años— tal vez fue él quien desbarató todo. Al fin y al cabo, la última vez que se vieron Una sólo tenía doce años, Ray cuarenta. Fue en una cama de hotel. Una relación demencial que la sociedad, además, sentencia como perversa. Sin embargo, ¿acierta en su condena ese “gran hermano”, vigilante de la moral y las costumbres aceptables? A juzgar por las secuelas, sí. Aunque siempre cabe preguntarse si no es precisamente ese orden social extremo el que impide curar las heridas de un amor ¿imposible?
En Blackbird, David Harrower retuerce los límites del amor, tensa las conciencias, pone en peligro los cimientos de conceptos tan arraigados como el abuso a menores, el deseo, el sexo, el delito. Pero no ofrece respuestas. Al contrario, el dramaturgo escocés devuelve la pelota al tejado del espectador. Se permite (busca) sacudirle hasta el extremo, hacerle juez y parte, embarrar sus convicciones, casi obligarle a cuestionarse dichos límites, el propio concepto del amor y el papel que en él juegan la sociedad, la familia, la ley y la moral.
Blackbird se estrena por primera vez en español gracias a la valentía, al rigor profesional de tres conspiradores: Carlota Ferrer, José Luis Torrijo e Irene Escolar. Porque hay que tener coraje para enfrentarse a la interpretación de personajes tan intensos, psicológicamente inestables. Seres heridos en lo más profundo que desconocen (o no) cómo gestionar su dolor, sus pérdidas. Seres estancados en el duelo, el pasado, en lo imposible. Igual que dirigir el montaje. Entrar a saco en esa bomba dialéctica que es el texto del escocés y convertir el latido del encuentro entre un hombre y una niña en una historia conmovedora.
Y son los tres —Irene, la sexta generación de una saga siempre inmensa sobre los escenarios; José Luis, cuya dilatada experiencia como actor le ha valido premios como el Goya; y Carlota, actriz, bailarina, coreógrafa y directora de escena— los artífices de una puesta en escena magistral, donde el minimalismo y la atmósfera asfixiante son testigos del combate verbal, psíquico y moral entre Una y Ray.
+
Blackbird. De David Harrower. Dirigido por Carlota Ferrer. El Pavón. Teatro Kamikaze. Fechas: del 7 de abril al 7 de mayo 2017.
El 13 de abril, tras la representación, se celebrará un encuentro con el público.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7
-
8
-
9
-
10
-
11
-
12
-
13
-
14
-
15