Señor Ruiseñor. Fotos: David Ruano
Escena

Señor Ruiseñor encara con ironía el independentismo catalán

Señor Ruiseñor, con Ramon Fontserè al frente de Els Joglars, lanza una mordaz crítica al 'procés' frente al cosmopolitismo de Santiago Rusiñol.

No es la primera vez que la compañía teatral Els Joglars caricaturiza sin ambages el nacionalismo catalán. Ya lo hizo en los 90 cuando, bajo la batuta de Albert Boadella, la emprendió contra el entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. No estaban en aquel tiempo los ánimos tan caldeados como en la actualidad. Si con Ubú president dieron cera a los tabúes, con Señor Ruiseñor azotan al “procés” en plena ola de un incivismo y fanatismo crecientes.

Para ello, Els Joglars se vale de la figura culta y cosmopolita del pintor catalán Santiago Rusiñol, un artista ingenioso y sutil que, como dijo Josep Pla, “fue un destructor de fanáticos que representó una sociedad de ciudadanos holgados y juiciosos a orillas del Mediterráneo”. Señor Ruiseñor es una reflexión sobre la “destrucción de unos conceptos de vida libre, conceptos que no han sido sustituidos en la actualidad”, subraya Ramon Fontserè, actual director de la compañía.

Rusiñol (1861-1931), nacido en el seno de la burguesía catalana, representa una personalidad intensa y compleja, con una visión melancólica, amarga y desencantada de la vida. No obstante, su inmenso talento artístico logra trasladar a la pintura un enfoque optimista, alegre, sensual de su mundo interior y su gusto por la belleza. De ahí el interés de Fontserè en la personalidad y legado del artista como un símbolo opuesto al día a día del sectarismo actual y la ruptura de la convivencia en la sociedad catalana.

El sarcasmo, el ingenio, la ironía, la caricatura despiadada de los protagonistas del auge independentista radical son los pilares sobre los que se construye esta sabrosa crítica a los tabúes sociales de hoy. La puesta en escena minimalista se inicia en el estudio-museo de Santiago Rusiñol, mientras pinta el cuadro La morfina — pintura muy significativa en su obra ya que él mismo fue adicto a esta droga—. A partir de ahí el desarrollo de la sátira no deja símbolo sin vapulear, incluidos lazos amarillos, caceroladas y alusiones clarísimas a determinados políticos.

Tras su exitoso paso por Valladolid y Zaragoza, Señor Ruiseñor se representa en el Teatro María Guerrero de Madrid hasta el próximo 27 de enero.

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