Sanzol sube Luces de Bohemia a las tablas del María Guerrero.

Luces de bohemia se publicó en 1920, por entregas semanales, entre el 31 de julio y el 23 de octubre. Fue revisada y reeditada en 1924. Transcurrieron casi cincuenta años hasta su estreno sobre un escenario. En febrero de 1968 la presentó el grupo no profesional Palestra de Sabadell. En 1970, José Tamayo la puso al fin en escena de manera profesional.

Paradigma del esperpento, la obra es una crítica devastadora contra la sociedad española, canalla e infame, que vapulea y discrimina el genio y el trabajo. Valle-Inclán retrata la decadencia de España y los españoles, un esperpento grotesco, una caricatura social de hace un siglo que, en según qué pasajes, es de aplicación actual. Como si no hubiera pasado el tiempo.

Max Estrella, “hiperbólico andaluz, poeta de odas y madrigales”, y don Latino de Hispalis protagonizan la pieza teatral en la que aparecen infinidad de personajes: desde un grupo de modernistas que se burlan de la sociedad, hasta figuras de la clase baja madrileña que el autor deforma con el fin de remarcar el absurdo, “el sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada”, dice el mismísimo poeta ciego.

El Centro Dramático Nacional, dirigido por Alfredo Sanzol recupera la obra de Valle respetando el viaje oscuro del autor por la miseria y la mezquindad, todo su simbolismo y riqueza, en un montaje minimalista, entregado al texto. No se equivoca con los actores. Juan Codina, en el rol de Max Estrella, realiza una interpretación brillante por la delirante noche madrileña de principios del siglo XX. Y lo hace con emoción, sin desmesuras, dejando más desnuda que nunca el alma vulnerable del poeta.

El resto de los personajes —interpretados por Chema Adeva (Don Latino), Jorge Bedoya, Josean Bengoetxea, Juan Codina, Paloma Córdoba, Lourdes García, Paula Iwasaki, Jorge Kent, Ascen López, Jesús Noguero, Paco Ochoa, Natalie Pinot, Gon Ramos, Kevin de la Rosa, Ángel Ruiz y Guillermo Serrano— realiza igualmente un potente trabajo, alumbrados por la sutilidad de Pedro Yagüe y las notas nostálgicas del piano de un café decadente.

Luces de Bohemia. Ramón María del Valle-Inclán. Dirección: Alfredo Sanzol. Teatro María Guerrero. Hasta el 25 de noviembre. De martes a domingo a las 20:00 horas.

Encuentro con el equipo artístico: martes 6 de noviembre 2018.

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