Escena

Norma regresa al Teatro Real tras un siglo de ausencia

La obra maestra de Bellini se representará por primera vez, en versión escénica, desde la reapertura del coliseo madrileño.

Cae la noche en el bosque sagrado de los druidas. Ante el altar de su dios Irminsul, guerreros y sacerdotes aguardan a Norma. Ella, la suma sacerdotisa de los sicambrios, determinará mediante ceremonias mágicas el instante adecuado para levantarse contra el invasor. Pero Norma no quiere la guerra y retrasa el momento. No sólo eso le atormenta. Lo peor es que vive enamorada de Pollione, el procónsul de Roma, con quien tiene dos hijos secretos pese a su supuesta virginidad. Claro que este no es muy leal y anda tonteando con una joven sacerdotisa que no está por la labor de seguir al romano ni traicionar sus ideales religiosos.

En la Galia ocupada del 50 a. de C. sacrificar honor por amor estaba a la orden del día. Al menos así lo refleja una de las óperas más celebradas y representadas del mundo. En Norma no sólo se dirimen amor, traición y lealtad. El clásico conflicto entre lo público y lo privado, el deber y el deseo, la política y la religión son los pilares fundamentales de una obra que se deleita en la contradicción. La de los personajes principales y la del enfrentamiento entre galos y romanos. Una exploración de disputas individuales y colectivas que cuestiona los límites de la ópera italiana de aquel momento. Por ello, hay quien califica Norma —Francesco Izzo— como una ópera experimental, resultado de un proceso creativo complejo y extenso.

Norma es la octava ópera de Vincenzo Bellini. Un icono del repertorio belcantista cuyo estreno el 26 de diciembre de 1831 en el Teatro alla Scala de Milán fue un rotundo fracaso. Sin embargo, la historia operística fue colocándola en el nivel que se merece. Por la emoción de la trama, el dramatismo del libreto, la evocación mitológica celta, el misterio de los druidas. Y, por supuesto, la maestría del autor que funde las raíces neoclásicas con un profundo romanticismo.

Ciento dos años ha tardado Norma en regresar al Real, donde permanecerá hasta el 4 de noviembre, parte del programa conmemorativo del Bicentenario del teatro. Y lo hace con una propuesta escénica minimalista y atemporal, a cargo de Davide Livermore. La historia se desarrolla en universo mitológico desprovisto de elementos escenográficos con el fin de acentuar su teatralidad. Protagonizada por uno de los personajes del belcanto más difíciles de interpretar, Norma es una figura compleja: sacerdotisa poderosa, madre furtiva, amante del hombre equivocado… Tres de las grandes voces del momento defienden su papel: Maria Agresta, Angela Meade y Mariella Devia. En el lado opuesto, los tenores Roberto Aronica y Stefan Pop junto a Gregory Kunde dan vida al romano Pollione. Completan el trío protagonista las mezzosopranos Karine Deshayes, Veronica Simeoni y Ketevan Kemoklidze en el rol de Adalgisa.

Además, la Sala Gayarre del teatro acerca Norma a los más pequeños con una actuación especial el domingo 23 de octubre, a las 12 y las 17 horas.

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Norma, de Vincenzo Bellini (1801-1835)
Tragedia lírica en dos actos. Libreto de Felice Romani. Basado en la obra de teatro Norma, ou l'infanticide (1831) de Alexandre Soumet.
Del 20 de octubre al 4 de noviembre en el Teatro Real (Madrid).

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