Será entre el 2 y el 12 de diciembre cuando se podrá ver en el Teatro de La Abadía (Madrid) El diablo en la playa. Dirigida por Ana Vallés, la pieza forma parte de La trilogía de la fragilidad y nace de la mirada sobre el caos de Gilles Deleuze, el pensador francés que afirmaba que “sólo pedimos un poco de orden para protegernos del caos”. ¿Qué quería decir? Pues que sólo desgarrando el caos lo dominaremos. “La filosofía, la ciencia y el arte quieren que desgarremos el firmamento y que nos sumerjamos en el caos. Sólo a este precio lo venceremos”. Y es que por entre las grietas del arte también se filtra la luz.
Celeste González y Claudia Faci protagonizan esta obra “que gira en torno al caos, la figura del diablo como portador de luz (Lucifer) y la playa como un no-lugar, entre la tierra y el mar, en ninguno de los dos lados, un espacio sin huellas”, señala la directora que, junto a Baltasar Patiño y Miguel Muñoz, ha creado una escenografía bella y extraña al tiempo. Se trata de una propuesta original en la que prima el lenguaje visual, las identidades ficticias y las relaciones espectrales. Los montajes lumínico y sonoro, fundamentales en el desarrollo de la obra y su discurso poético, participan en la escena tanto como las actrices.
El diablo en la playa tuvo su origen a finales de 2018, tras un encuentro de los directores de Matarile —Vallés y Patiño— con Claudia Faci. A ellos se unió la canaria Celeste González, una habitual de la compañía desde hace años. Entre las premisas de Vallés y las fantasías de Faci y González toma forma una obra que evoca las soledades de Hopper, la cinematografía de Roy Andersson y la fotografía de Gregory Crewdson. Los planos, los espacios, la luz y el sonido van tomando forma a la vez que las protagonistas crecen en el escenario mediante un discurso poderoso hecho de palabra, movimiento y vibraciones sonoras.
No resulta sencillo explicar un trabajo tan complejo como el de este diablo en la playa que funde identidades y puntos de vista, que alterna equilibrio y caos, que recuerda al teatro filosófico y rezuma poética a ritmo de rock y psicodelia.
La pieza, que se estrenó el pasado mes de octubre en el Festival Internacional de Teatro de Ourense, llega a Madrid cargada de expectación y un libro homónimo de Ediciones Invasoras. Se presentará también en el Teatro de La Abadía el 9 de diciembre.
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