La viuda alegre.

Picardía, fiesta, lujo y glamour regados con valses y champán; la belleza frívola de la joven viuda Hanna Glawari y las tretas de un donjuán de alta gama, el Conde Danilo, dispuesto a llevarla al altar. Todo ello en el ambiente aristocrático y ligero del París de la Belle Époque, sede de la embajada del reino (ficticio) de Marsovia. Con estos ingredientes y la deliciosa composición del austrohúngaro Franz Lehár, el estreno absoluto de La viuda alegre —opereta en tres actos inspirada en la comedia L'attaché d'ambassade (1861) de Henri Meilhac— en el Theater an der Wien (Viena) en diciembre de 1905, fue recibido con enorme entusiasmo por el público de la época. Desde entonces, pese al siglo transcurrido y la infinidad de adaptaciones escénicas de la misma (o tal vez por ello), hoy es considerada una de las obras más importantes del género. Sin duda, la más famosa y también la más representada.

El Teatro Arriaga (Bilbao) le da otra vuelta de tuerca a la clásica opereta vienesa convirtiéndola en el gran musical de la temporada. Y es que la propuesta del director de escena Emilio Sagi, además de los dos protagonistas de lujo —la actriz Natalia Millán en el papel de Hanna Glawari y el barítono Antonio Torres encarnando a Danilo—, cuenta con la complicidad de Jordi López y Enrique Viana para la adaptación al lenguaje social actual tanto de los textos alemanes de Victor Léon y Leo Stein, como de la partitura original de la pieza. Un preludio de lujo para celebrar, el próximo 31 de mayo y por todo lo alto, el 125 aniversario del teatro bilbaíno con una gala especial en la que participaran un selecto elenco de cantantes, actrices y actores, figuras de la lírica, de la danza, escritores y creadores cuya identidad constituye una de las grandes sorpresas de la noche.

La coreografía a cargo de Nuria Castejón, la elegante escenografía de Daniel Bianco y el excepcional elenco de cantantes y bailarines, además de gran coro dirigido por Carlos Imaz completan el montaje de un musical que, gracias a la propuesta de Sagi, pone el mundo de la lírica —tantas veces calificado como un género elitista y sofisticado— al alcance de todo el público.

Música: Franz Lehár
Libreto: Víctor León y Leo Stein.

Director escena: Emilio Sagi
Director musical: Jordi López
Coreografía: Nuria Castejón

Intérpretes: Natalia Millán, Antonio Torres, Silvia Luchetti, Guido Balzaretti, Enrique Viana, José Manuel Díaz.

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