Juana I, reina de Castilla, Navarra y Aragón, se encuentra recluida en la cárcel-palacio de Tordesillas por orden de su padre. Primero. De su hijo, quince años después, tras la revuelta de los Comuneros que quisieron devolverle la posición que tan injustamente le habían arrancado. Corren los primeros días del mes de abril de 1555. Sola en su celda, vestida de negro, Juana deshilacha una por una las secuencias de una existencia, la suya, tejida a base de las codicias, trapicheos e intereses ajenos contra los que siempre se rebeló. Así le fue. Y así lo recrea Ernesto Caballero, director del Centro Dramático Nacional, en Reina Juana. Un monólogo tan intenso como poético que desgaja la vida y el carácter de una mujer fascinante despojada de todo, excepto de su dignidad.
Porque en el fondo, nadie pudo con ella. Le amargaron la vida, eso sí. Entre padres, hijos, inquisidores, traiciones, intrigas y falsedades. Pero ella era demasiado fuerte como para doblegarse ante tanta bajeza. Si en la historia de nuestros reinos y nuestras guerras ha habido mujeres descomunales, la personalidad de la reina Juana es una de las más potentes. Mitificada por el arte y la literatura a causa del amor incondicional por Felipe de Habsburgo (el Hermoso) —a sabiendas de que a él sólo le movía la avidez de poder—, mortificada por los celos, convertida en loca con el único fin de apartarla del trono, su figura se ha popularizado siempre cubierta por el manto del romanticismo y la pasión.
Apasionada fue, sin duda. Como muestra Caballero en este texto de ficción que transita por la realidad histórica y los hechos que marcaron la existencia de la reina: su reclusión forzada durante casi cinco décadas, su renuncia a encabezar la revuelta comunera, su temperamento transgresor, sus desequilibrios emocionales. Pero también plantea reflexiones mucho más profundas acerca de la compleja personalidad de Juana I alejándose de la leyenda y el morbo popular. Subida al escenario del Teatro de la Abadía (Madrid) y dirigida por Gerardo Vera, Concha Velasco se enfrenta a la vida y las últimas horas de una mujer fascinante. Una mujer indómita, una reina que rechazó las imposiciones convencionales, todo lo que esperaba de ella en una época marcada por la intolerancia religiosa, el poder absoluto de la monarquía. Y lo borda.
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Reina Juana, de Ernesto Caballero.
Dirección: Gerardo Vera. Intérprete: Concha Velasco.
Teatro de la Abadía (Madrid). Sala Juan de la Cruz
Fechas y horarios: del 28 de abril al 12 de junio. De martes a viernes, 20:30 h. Sábado 18:30 y 21:00 h. Domingo, 19:30
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