Fedra es hija de Minos, rey de Creta, y la diosa Pasifae. Y es también hermanastra del famoso Minotauro, fruto de la pasión zoofílica de su madre por el hermoso toro blanco que emergió del Mediterráneo por orden de Poseidón. Del mismo Minotauro que Teseo liquidó en el laberinto de Creta gracias al hilo de Ariadna, la otra hermana (y ésta de verdad) de Fedra, su futura esposa. Claro que el amigo Teseo, años antes de ese matrimonio concertado con la princesa cretense, tuvo sus correspondientes escarceos con la bella amazona Antíope. De aquello nació Hipólito.
Como si toda esa historia de enredos y laberintos no fuera lo bastante compleja, nuestra Fedra recién casada con Teseo se enamora locamente de su hijastro —un Hipólito ya crecidito, por cierto— mientras éste anda con la cabeza perdida por la hija del peor enemigo de su padre. En fin, que con estos ingredientes la tragedia está servida. Y es Eurípides el primero en llevar a escena ese amor desgraciado e incestuoso que después versiona Séneca con alguna que otra variante.
Pero es Jean Racine quien allá por el 1677 compone una obra maestra de raíces jansenianas y versos alejandrinos de una musicalidad excepcional. Un retrato profundo, apasionante y conmovedor del deseo y la sexualidad femeninos cuya lírica traducida al catalán por el dramaturgo Sergi Belbel sube a Fedra al escenario del Teatro Romea de Barcelona. Interpretada de manera magistral por Emma Vilarasau, Fedra nos enfrenta de nuevo al deseo prohibido, a las pasiones desbordantes, a la culpa, a la mentira, a la traición. Sentimientos tan intensos que sólo pueden conducir al más trágico de los destinos. Un montaje clásico que conserva a la perfección la esencia de Racine y cuyo reparto se completa con actores de prestigio como Mercedes Sampietro, Lluís Soler y Xavier Ripoll, entre otros.
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Fedra
Teatro Romea. Bacelona
AUTOR: Jean Racine
DIRECCIÓN: Sergi Belbel
Fechas: 20 de enero al 15 de marzo de 2015
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