Entre bobos anda el juego. Francisco Rojas Zorrilla
Escena

Entre bobos anda el juego de Francisco de Rojas Zorrilla

Eduardo Vasco sube al escenario del Teatro de la Comedia, la obra de Francisco de Rojas Zorrilla, versionada por Yolanda Pallín.

Francisco de Rojas Zorrilla nació en Toledo, en 1607. Siendo un niño, se traslada a Madrid con su familia. Es en la capital donde se forma, aunque por el amplio conocimiento del ambiente universitario que refleja su obra, los expertos creen que pudo estudiar en Salamanca. Se sabe también que hasta 1636 usaba ropa de estudiante, lo que aumenta la posibilidad de que estuviera cursando estudios en alguna universidad. Su mayor actividad dramatúrgica se concentra entre 1635 y 1640 y está considerado como uno de los autores más interesantes del Siglo de Oro español.

Satírico, divertido, algo truculento, Rojas Zorrilla, era muy amigo de idear escenas originales, apartadas de las pautas habituales de su época. Entre sus comedias más célebres, aparte de la célebre Donde hay agravios no hay celos, Entre bobos anda el juego o Don Lucas del Cigarral está considerada como el modelo de comedia de figurón. La obra, que se estrenó en Madrid durante el Carnaval de 1645, vuelve a la capital de mano de la CNTC.

“Don Lucas del Cigarral es un caballero adinerado, ridículo y desmedido que pretende casarse con doña Isabel de Peralta, que sin embargo ha quedado prendada de don Pedro, primo de don Lucas, y tan apuesto como pobre”. Con semejantes preliminares y el conocido gusto del dramaturgo por el enredo, la comicidad y los dardos verbales, normalmente envenenados, monta una pieza burlona, donde lo grotesco y el drama se entrelazan con maestría.

Entre bobos anda el juego plantea, como tantas obras del teatro español del siglo de oro, una especie de cuadratura del círculo que es preciso mimar para no caer en el subrayado impertinente”, comenta Yolanda Pallín, autora de la versión que Eduardo Vasco pone en escena en el Teatro de la Comedia de Madrid. Se trata de una caricatura de las obras de capa y espada, deliciosamente ridícula. Y es que "no hay marido bueno"...

El montaje es sencillo, pues son los personajes los verdaderos conductores de una trama que borda y lleva al extremo de la lírica y la burla, la imagen de Don Lucas, el figurón. El “virtuoso” caballero puede parecer irreal, sin embargo la ironía que encierra su personalidad es en cierto modo catárquica. El esplendor del vestuario de Lorenzo Caprile acentúa la interpretación del elenco de la compañía Noviembre Teatro.

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