El gran mercado del mundo. Calderón de la Barca. Fotografía: May Zircus
Escena

El teatro de la Comedia se convierte en el gran mercado del mundo

La CNTC sube a la escena del Teatro de la Comedia (Madrid) una original versión de la obra de Calderón de la Barca, El gran mercado del mundo.

Cuando Pedro Calderón de la Barca escribió El gran mercado del mundo, en España aún no se habían suprimido los mayorazgos —esa especie de estatus de privilegio que impedía a nobleza e Iglesia disponer de sus bienes—. Tampoco se habían solventado las tremendas diferencias sociales. Al contrario, las desigualdades entre ricos y pobres eran cada vez más evidentes. La gestión económica del reino era un desastre y las devaluaciones de la moneda (el vellón), una constante. Sin tener datos fehacientes, los estudiosos de la obra de Calderón sitúan la composición de este auto sacramental entre 1636 y 1638.

Toda la conflictiva realidad social de ese periodo aparece reflejada y recreada en la obra. Incluso la expulsión de los gitanos, tras echar a los moriscos, y las consecuencia económicas de tal decisión. Calderón recupera para el auto el sentido emblemático real que podía tener su aspecto, sus costumbres y forma de vida. Con gran ironía se burla de las quejas oficiales y las órdenes de expulsión para introducirlos en su mundo de ficción. Como una alegoría del contexto económico y el ambiente enrarecido que se respiraba entonces, el dramaturgo traslada igualmente todo ese universo de opulencia y miseria que surge en torno a las ventas y el mercado.

Calderón de la Barca nace en Madrid, el 17 de enero de 1600. Su longevidad, la situación histórica que le tocó vivir y su genio literario se confabularon para que el autor proyectase el complejo siglo XVII español y una extensa y jugosa obra. Calderón fue testigo de tres reinados —Felipe III, Felipe IV y Carlos II—, conoció el esplendor y el declive de la monarquía, las crisis económicas, el intento de reafirmación de España como potencia mundial. El dramaturgo traslada al papel todo ese siglo convulso y difícil, plagado de decisiones gubernamentales confusas, cuanto menos; desatinadas, muchas veces.

Las fuerzas clave de su universo dramático viven a través de personajes contradictorios y cambiantes, en conflicto consigo mismos y con las circunstancias para acercarse al amor, a Dios y a la vida. Luchan contra el destino y por la libertad, tratando de elegir pese a la fatalidad, la honra y la opinión social, como les pide su condición de católicos.

La puesta en escena, a caballo entre la revista, el musical y el cabaret, revisa la fábula calderoniana a través de un vistoso carrusel ochentero donde se suceden las diatribas de los personajes: la Culpa, la Herejía, la Gracia, la Penitencia, la Lascivia, los genios Bueno y Malo y resto de alegorías de la trama barroca. El tono mordaz de los versos de Calderón para nada chirría con el enfoque actual de la representación. “Descubrámoslos, escuchémoslos, leámoslos, explorémoslos, disfrutémoslos, que probablemente también aprenderemos con ellos cosas importantes sobre nosotros y para nosotros”, nos invita el director. Hagámosle caso.

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El gran mercado del mundo. Calderón de la Barca. Teatro de la Comedia (C/ Príncipe, 14. Madrid). Hasta el 27 de octubre 2019. Martes y domingos a las 19 h.
De miércoles a sábado 20 h. Lunes: descanso.

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