El oro del Rin. Fotógrafo: © Javier del Real | Teatro Real
Escena

El oro del Rin inaugura la tetralogía de Wagner en el Teatro Real

Con El oro del Rin, el Teatro Real inicia el ciclo El anillo del Nibelungo, de Richard Wagner, que se presentará a lo largo de cuatro temporadas sucesivas.

Humor, cinismo y drama son los pilares sobre los que Richard Wagner edificó una de las producciones musicales más colosales y sólidas de su repertorio operístico que tardó más de un cuarto de siglo en finalizar. Hablamos de El anillo del nibelungo, una tetralogía alegórica de la destrucción de los valores naturales. Aunque El oro del Rin es la primera composición del ciclo, fue la última en brotar de las manos del compositor. Su idea inicial se articuló en torno a tres grandes dramas que reconstruirían el mito de Sigfrido. Sin embrago, en plena furia creativa, el músico encontró cojo el inicio. Así nació, como una especie de prólogo, este primer bloque.

El Teatro Real de Madrid inicia con la representación de El oro del Rin un ambicioso ciclo en el que se irán escenificando las cuatro óperas wagnerianas que conforman El anillo del nibelungo a lo largo cuatro temporadas sucesivas, bajo la dirección musical de Pablo Heras-Casado y la dirección de escena de Robert Carsen. Ambos recrean un Anillo del nibelungo desolador, que coloca al hombre actual frente a su propia autodestrucción. La producción, estrenada en 2000 en la Ópera de Colonia, traslada al mundo real la desoladora metáfora wagneriana en la que la degeneración moral conduce a la hecatombe y la extinción de la humanidad.

Escrita bajo los estrictos preceptos del Oper und Drama que el mismo Richard Wagner estableció, El oro del Rin –la primera de las cuatro óperas que componen la tetralogía de El anillo del nibelungo– se antoja mucho más un drama actual que una fábula remota, explica Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, quien considera la partitura de Wagner como una metáfora visionaria de la degradación del medio ambiente.

El compositor alemán tenía un elevado concepto y un enorme respeto por el medio natural. En su opinión, la naturaleza es en esencia idílica y benévola. Cualquier alteración de la misma no sólo es una terrible ofensa, sino una profanación de consecuencias imprevisibles. Por ello la ópera, considerada como una alegoría de la devastación, comienza con un ataque al orden natural: la mutilación del fresno del mundo por parte de Wotan.

Las secuelas de semejante alarde de dominio se irán perfilando (y afilando) durante el transcurso de la trama. La extracción ilícita del tesoro que habita las profundidades del río culmina la nueva división del mundo instaurada por Wotan: la opresión, el sometimiento de los nibelungos, la traición, en definitiva, la pérdida absoluta de los valores que mantenían el orden natural. ¿El resultado? La catástrofe definitiva.

Las siete funciones de El oro del Rin se ofrecerán entre los días 17 de enero y 1 de febrero con un reparto coral encabezado por Greer Grimsley (Wotan) y Samuel Youn (Alberich), secundados por Ain Anger (Fasolt), Alexander Tsymbalyuk (Fafner), Raimund Nolte (Donner), David Butt Philip (Froh), Joseph Kaiser (Loge), Mikeldi Atxalandabaso (Mime), Sarah Connolly (Fricka), Sophie Bevan (Freia), Ronnita Miller (Erda), Isabella Gaudí (Woglinde), Maria Miró (Wellgunde) y  Claudia Huckle (Flosshilde).

En torno a la gran obra wagneriana se han programado distintas actividades. En el Teatro Real, Enfoques, Todos a la Gayarre y dos cursos de formación. En el Museo del Romanticismo, taller infantil El oro del Rin y la maldición, y una conferencia de Miguel Ángel González Barrio; y en el Museo Lázaro Galdiano, un recorrido temático titulado Un wagneriano coleccionista de arte.

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Das Rheingold. Richard Wagner. Dirección musical: Pablo Heras-Casado. Dirección de escena: Robert Carsen. Teatro Real. Del 17 de enero al 1 de febrero 2019.

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