El nombre

Nuestra vida está llena de pequeñas y grandes sorpresas. Y me refiero tanto a las que nos pueden dar a nosotros como a las que nosotros damos a los demás. Y no hace falta ser un potentado, un actor, un político, o algo parecido para darlas o recibirlas. La vida cotidiana está llena de ellas. Y algo tan normal, tan cotidiano, como una cena entre amigos y familiares puede ser la chispa que encienda todo un caudal de fuegos artificiales. Porque las relaciones humanas tienen facetas escondidas, secretos que vamos ocultando o mostrando según nos interesa o según surge, que no todos podemos o sabemos mantener la boca (o el corazón) cerrado.

Más o menos, esta es la premisa que impulsa El nombre, la obra teatral que estrenaron hacia 2010 Matthieu Delaporte y Alexandre de la Patelliêre en París, y que rápidamente se convirtió en un éxito, al igual que su adaptación al cine, que ellos mismos dirigieron en 2012 y que protagonizaban Patrick Bruel, Valérie Benguigui, Charles Berling, Guillaume de Tonquedec, Judith El Zein y Françoise Fabian. Más tarde se versionó en catalán con idéntico resultado, y ahora se encuentra en Madrid en sus últimas representaciones la adaptación al castellano, antes de salir de gira el próximo mes de noviembre.

Como hemos dicho, la obra transcurre en su totalidad en una cena familiar entre dos hermanos, sus respectivas parejas, y un amigo íntimo de la familia. Todo camina más o menos dentro de los cauces normales, hasta que el hermano, que está a punto de ser padre, desvela el nombre que quiere ponerle a su próximo retoño. A partir de ahí, y de la reacción que produce el nombre elegido, todo puede pasar...

Ha versionado el texto Jordi Galcerán y dirige Gabriel Olivares a los actores Amparo Larrañaga, Jorge Bosch, Antonio Molero, Kira Miró y César Camino. Se representa en el Teatro Maravillas hasta primeros de noviembre, cuando comenzará una gira que la llevará a teatros de Vizcaya, Navarra, Valencia, Alicante, Málaga y Sevilla.

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