El Ballet de la Ópera de Viena regresa al Real con uno de los títulos más importantes del repertorio de la danza, El corsario. Las cinco funciones que nos ofrecerán los bailarines vieneses —entre los días 11 y 14 de enero— servirán para abrir 2017 y serán las primeras sesiones de danza de la actual temporada del Teatro Real.
Esta trepidante historia de piratas, odaliscas y aventuras como recién sacadas de Las mil y una noches, se estrenó en París en 1856. Fruto de la alianza del compositor Adolphe Charles Adams y el coreógrafo Joseph Mazilier, con la colaboración de Jules-Henri Vernoy de Saint-Georges (autor del libreto), se inspira en un poema romántico de Lord Byron y desde su primera puesta en escena ha fascinado a coreógrafos y bailarines de todo el mundo, principalmente, gracias a las versiones de Jules Perrot y Marius Petipa, y las interpretaciones de Margot Fonteyn y Rudolf Nureyev.
Se trata de un ballet narrativo dividido en tres actos que cuenta la historia del corsario Conrad y su tripulación tras naufragar en el mar Jónico. Varados en una playa, pronto surge el amor entre el capitán pirata y Medora. La versión que podrá disfrutarse estos días en el Teatro Real es obra de Manuel Legris, actual director del Ballet de la Ópera de Viena y uno de los herederos de la escuela francesa, que parte del espectacular montaje de Petipa.
En la historia del ballet de Viena abundan los momentos en los que sus compañías han mantenido el liderazgo a nivel mundial, incluso promoviendo una auténtica revolución del género. La emperatriz Eleonore Gonzaga fue la impulsora de la primera compañía vienesa en 1622, formada exclusivamente por aristócratas. No fue hasta el siglo XVIII que se fundó el primer conjunto profesional. El Wiener Saatsballett vive en la actualidad uno de sus mejores momentos, debido en gran parte, a la evolución de sus bailarines y a la configuración de la compañía desde la llegada de Legris en 2010.