Poco se puede añadir al mito de Carmen, la ya eterna historia del triángulo de amor entre la cigarrera, el soldado y el torero. De la novela de Prosper Mérimée a las incontables adaptaciones a películas u obras de teatro, pasando, claro, por la Carmen de Bizet, una de las Óperas más conocidas por todos. ¿El secreto de tanto éxito? El amor, claro. Su sentido, su sinsentido, sus caminos y barrancos. Sus deseos, pasiones, sus tira y afloja. Como dice el libreto de la ópera:
El amor es gitanillo / que nunca ha conocido ninguna ley, / si tú no me quieres, yo te amo / si yo te amo, ¡ten cuidado!...
Pero si no podemos añadir mucho al mito, si podemos disfrutar de la mirada, tan pasional como la propia Carmen, del baile flamenco y su interpretación de la historia que nos ocupa. Y hacerlo de la mano del Ballet Flamenco de Madrid, que hasta el 1 de septiembre representa Carmen en el Teatre Tívoli de Barcelona, con dirección de Luciano Ruiz y coreografía de Sara Lezana, y con Verónica Cantos, Francisco Guerrero y Juan Pozo en los papeles protagonistas.
Una velada con Carmen es una velada con algo que está dentro de cada uno de nosotros. A ver quién se puede resistir.