Ella gitana de Alhambra y Albaicín, en la corte francesa por un augurio certero acerca del ascenso al trono francés de Eugenia de Montijo y él... él, primo de la emperatriz, y sencillamente enamorado.
Así eran las películas en los 50, y ésta -Violetas Imperiales- era además una co-producción franco-española en la que Luis Mariano, junto a una bellísima Carmen Sevilla, no podía sentirse más cómodo. Y es que esa era su posición natural desde que emigrara con su familia de su Irún natal al País Vasco francés y a París, alma y corazón 'partíos' para enaltecimiento de su aterciopelada voz, de su naturalidad y su porte.
Y es que el tan mentado glamour de los 50 no fue ajeno a una España entonces con frontera y aduana...
Violeta para ti tengo una canción
 La misma que aprendí en tu antiguo pregón
 Te acuerdas en Granada al pie del albaicín
 Juntos en el jardín que nos dio su canción
Era un cielo de primavera
 Cuando me dijo la violetera
 Cómpreme usted mis violetas que son las primaveras
 Van a traerle la suerte, su suerte es mi flor
Vuelve a tu rincón de la Alhambra
 Donde copia la luna tus zambras
 Violeta de España
 Tú, en tierra extraña
 Vives dando sentido a mi amor, amor
Yo tuve un ruiseñor que llegó a suspirar
 ¿Para qué quiero amor si nadie me va a amar?
 Ramito de violetas que luzco en el ojal
 Me siento emperador de violeta imperial
Sabes que ya no habrá primavera
 Si tu no estás aquí violetera
 La primavera ha venido y yo se porqué ha sido
 Entre las flores que ofreces es como una flor
Piensa que en esta corte francesa
 Eres más gitana, princesa
 Violeta de España,
 Tú, en tierra extraña
 Vives para el recuerdo de aquel amor