Angel Olsen publicará “Whole New Mess”, su primer álbum en solitario desde su debut de 2012, el 28 de Agosto con Jagjaguwar/Popstock!. “Whole New Mess” nos presenta a Olsen tratando sus heridas abiertas y sus nervios a flor de piel en un retrato emocional íntimo y vulnerable de un tumultuoso período personal a través de poco más que unas guitarras y unos micrófonos, aislada en una iglesia antigua del Noroeste del Pacífico. Junto al anuncio del lanzamiento de su nuevo trabajo, Olsen publica su single adelanto, la canción que precisamente da título al álbum y que llega junto a un vídeo dirigido por su colaborador Ashley Connor. Adicionalmente, Angel Olsen anuncia también Cosmic Stream 3, la tercera parte de su serie de directos en streaming, que se producirá el mismo día del lanzamiento del álbum y que se graban en el Anfiteatro Hazel Robinson de Asheville, NC.
“Whole New Mess” llega después de “All Mirrors”, la obra maestra de Olsen publicada en 2019 (y un álbum en el top 10 para la crítica). Al menos nueve de las once canciones de “Whole New Mess” sonarán familiares para quien haya escuchado “All Mirrors”. “Lark”, “Summer”, “Chance”—todas están presentes aquí, al menos en esqueleto y con títulos ligeramente distintos. Pero no son demos de “All Mirrors”. Al contrario, “Whole New Mess” es un nuevo álbum con un mood propio. Si los espléndidos arreglos orquestales y la mirada cinematográfica de “All Mirrors” es el sonido de Olsen preparando sus cicatrices para mostrarlas al mundo, “Whole New Mess” es el sonido del descubrimiento de su forma, de darles un sentido a esas lesiones.
Para grabar “Whole New Mess”, Olsen pidió al ingeniero jefe de Electro-Vox, Michael Harris, recomendaciones sobre estudios. Quería encontrar un espacio donde, como ella misma lo describe, “la vulnerabilidad exista”. Se establecieron en The Unknown, la iglesia católica que Phil Elverum de Mount Eerie y el productor Nicholas Wilbur convirtieron en un estudio de grabación en la pequeño pueblo de Anacortes, Washington. Anacortes haría de puerto para Olsen, limitando las distracciones mientras se sumergía en sus canciones. “Nunca había estado en The Unknown, pero había oído hablar sobre su energía. Quería sentarme con el material y estar con él como si estuviera en una residencia”, explica Olsen. “No necesitaba mucho, al ser solo yo y mi guitarra. Pero quería que hubiera alguien presente para que me presionara a probar cosas diferentes”. A finales de Octubre de 2018, antes de grabar “All Mirrors”, Olsen y Harris vivieron 10 días en una casa de alquiler y construyeron una rutina diaria de ir a por café cerca de una librería de la zona. Caminaron por el Monte Erie, visitaron varios parques y pasearon por las calles desiertas de Anacortes bajo una luna llena. Pero, ante todo, fueron sesiones informales, relajadas y calladas, lo que permitió que Olsen tuviera espacio para explorar sus emociones.
Los resultados son asombrosos, sinceros y desalentadores al mismo tiempo. La primera canción, que da título al álbum—una de las dos canciones que no entraron en “All Mirrors”—es una evaluación contundente de lo mucho que Olsen llegó a caer bajo y de la dificultad de volver a alzarse hasta donde estaba antes, especialmente cuando ser un artista implica convertir tus emociones en el espectáculo de otros. “Oh, I’ll really do the change”, repite al principio y al fina, con voz temblorosa mientras intenta comprar el mantra que vende. “La realidad es que los artistas no suelen estar en casa, por lo que es difícil mantener la salud, la claridad y los pies en la tierra”, dice Olsen. “La canción es una nota mental para intentar mantenerme sana, cuerda, recordar respirar esté donde esté, porque no es posible mantener la respiración hasta que vuelva a casa”.
Al compararlo con “All Mirrors”, “Whole New Mess” funciona como un recordatorio conmovedor de que las canciones son más que simples cúmulos de palabras, acordes o melodías. Son redes de emociones y momentos e ideas, cualidades que pueden cambiar de un mes al siguiente y que pueden decir tanto como una progresión perfecta o un acorde exquisito. En ese sentido, estas 11 canciones—análisis solitarios, francos e inquebrantables de lo que es amar, perder y sobrevivir—son completamente nuevas. Este es el sonido de Angel Olsen, superando ese tipo de problemas que todos hemos enfrentado, como si lo hiciera solo para ella y para quien lo necesite.
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