¡Qué difícil resulta el actual panorama de la música! No hace mucho tiempo en las listas de éxitos se colaban, entre morralla comercial y pastiche popular, canciones que daba gloria escuchar. No hace mucho tiempo, en la tele, en programas llamados de variedades o de entretenimiento, podíamos ver, entre entrevista de actualidad y algo de morbo barato, la actuación de los intérpretes de una de esas canciones que inmediatamente se hacían muy conocidos. No hace mucho tiempo, en las radios convencionales sonaban, entre chundachunda y horterada, algunas grandes canciones. No hace mucho tiempo, Warehouse Eyes se hubiesen podido colar en nuestras vidas, hacernos disfrutar de su música y convertirse en un hit. Su canción “Tokyo” se lo merece.
Actualmente es muy complicado para cualquier banda hacerse un hueco en el mercado y rentabilizar su trabajo, su creación. También para Warehouse Eye, un quinteto procedente de Minneapolis, Minnesota, integrado por la dulce voz de Jannie Lahlum, que además toca sintetizadores, Christopher Williams, que es el otro cantante del grupo y que también toca teclados, el bajista Kevin Scott, el batería Alexander Young y el guitarra Matthew Vannelli. El grupo, que se formó en el verano de 2.012 toma su nombre de la canción “Sad-Eyed Lady Of The Lowlands”, compuesta por el mismísimo Bob Dylan e incluida en su imprescindible álbum de 1.966 “Blonde On Blonde”.
La música de Warehouse Eyes tiene los atributos suficientes para calar entre una amplia audiencia. Bonitas canciones de pop etéreo y ensoñador, indie pop con dulces voces que navegan sobre un sutil colchón de sintetizadores, cubiertas por un cielo estrellado por tintineantes guitarras y unas matizadas y serenas secciones rítmicas. Afirman que su inspiración viene de gente como The Smiths o Dylan, nombres a los que ellos aportan un moderno sonido de sintetizadores, mucho buen gusto y clase. Un cruce, dicen ellos, entre The XX y Beach House.
Warehouse Eyes debutó en mayo de 2.014 con un sencillo autoeditado con la canción “Tokyo”, una enigmática melodía que nos adentra con un ritmo cadencioso en una especie de trance, casi un éxtasis, que nos conduce a un mundo de misterio y tensa calma. Una música que te atraviesa y desnuda los pensamientos, los sentimientos, lo más recóndito de cada alma. El descubrimiento de un espacio íntimo en donde todo es frío y mecánico, allá donde se guardan los elementos más nocivos y crueles, aquello que nadie quiere encontrar, lo que todos escondemos.
Pocos meses después del single Warehouse Eyes sacó un Ep con cuatro temas, “Tokyo” y otros tres cortes más, todos ellos increíblemente bellos, especialmente “Through The Glass”. No hace mucho tiempo, a veces una banda como Warehouse Eyes irrumpía en nuestras vidas y, tal vez, sus canciones nos acompañaban una temporada y formaban parte de nuestras vidas. Ahora es más difícil descubrir cosas así. Pero para eso estamos nosotros, para irrumpir y romperte el corazón con la mejor música, por muy escondida que esté.
the lights won't come on for hours
so I'm stuck half awake
i've been lost so long i'm not
waiting for my love or my God
everyone i see is like me
waiting for the glow
of the city
lights on over tokyo
it was 10,000 miles ago
you said "i've seen too much,
i need a home"
so now i float alone
streams of red and pools of blues
kaleidoscopes of greens in twos
silver eyes that rise and disappear
trace the light through the night
it's a perfect sphere
lights on over tokyo
it was 10,000 miles ago
you said "i've seen too much,
i need a home"
so now i float alone
someone save my life tonight
someone save my life tonight
someone save my life tonight
someone save my life tonight.
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