Bob Dylan
The Music

The Night We Called It A Day. Bob Dylan

Bob Dylan es uno de los mayores genios de la historia de la música, pero nunca cantará como Sinatra.

Poco más se puede añadir para gloria de Bob Dylan. Que le den el Premio Nobel de Literatura ya. O el de Física o el de Economía. Se merece cualquiera de ellos. Es una de las figuras más relevantes del siglo XX, una inconmensurable estrella musical que, en esto del rock o el folk (y aledaños) tiene pocos rivales. Casi nadie está a su altura. Y esto no admite ni discusión ni negociación. Es Bob Dylan, para el que le guste y para el que no. Y dicho esto, su última jugada es una pifia, un capricho tonto o una soberbia estupidez: emular, versionar, jugar a ser, imitar, karaokear... a Frank Sinatra, la voz.

El último disco de Dylan, el número treinta y seis de su carrera, titulado “Shadows In The Night”, es un homenaje a Frank Sinatra, lo que podría estar muy bien porque Sinatra se merece todos los homenajes del mundo y dos más, pero lo que no se merece es que ese homenaje consista en Bob Dylan cantando sus canciones, aunque no sean las más conocidas. Dylan cantando al estilo Sinatra. Mmmmmm, Dylan nunca ha tenido una gran voz, es más, su voz, en su mejor momento, ha sido nasal y pituda, pero al menos era personal, única y transmitía toda la emoción y magia de sus fantásticas historias. Inigualables composiciones. Ahora está mayor y su voz ha envejecido. Bastante, demasiado y como no era una maravilla, pues ha ido a mucho peor. Podía haber seguido interpretando sus canciones, a su despreocupado modo y con su particular estilo, o viejas tonadas tradicionales de viejos músicos de folk, de blues, de country... Pero no, le ha dado, a sus años, por hacer de crooner y no ha elegido a otro que emular que a La Voz, a Frank Sinatra. Un desastre, un auténtico desastre.

Para compensar, él o alguien de su entorno ha decidido que el videoclip que acompaña el tema “The Night We Called It A Day” sea una mini película de cine negro clásico y ha echado el resto. La dirección corre a cargo del cineasta y actor australiano Nash Edgerton y cuenta con la presencia del un clásico en pelis del género, el actor norteamericano que tantas veces ha hecho de gánster Robert Davi. Bob Dylan, tan mal actor como de costumbre, es el protagonista e incluso aparece, tan impávido como siempre, pistola en mano, aunque también podría haber llevado un plátano o un desatascador. La cara hubiese sido la misma.

La canción “The night We Called It A Day” es un estándar del jazz publicada en 1941. Una composición no demasiado popular escrita por Matt Dennis, la música, y Tom Adair, la letra, que han interpretado, entre otros, la novia de América: Doris Day, Chet Baker, Diana Krall y, la más conocida, Frank Sinatra en su decimotercer disco “Where Are You?”, editado en 1957.

Resumen: Bob Dylan es uno de los mayores genios de la historia de la música, de todos los tiempos, pero nunca debió meterse a cantar como Sinatra. Y alguien debería habérselo dicho. Flaco favor se ha hecho a sí mismo, a su divina imagen y a los oídos humanos y orejas en general.

 

There was a moon out in space
But a cloud drifted over it's face
You kissed me and went on your way
The night we called it a day
I heard the song of the spheres
Like a minor lament in my ears
I hadn't the heart left to pray
The night we called it a day
Soft through the dark

The hoot of an owl in the sky
Sad though his song
No bluer was he than I
The moon went down stars were gone
But the sun didn't rise with the dawn
There wasn't a thing left to say
The night we called it a day
There wasn't a thing left to say
The night we called it a day.