Lo que son las cosas. Analizada fríamente, una de las canciones más famosas de la música brasileña, casi bandera de Brasil, “La Chica De Ipanema”, resulta perfecta para ascensores, consultas de dentistas y cócteles en los que una orquesta, al modo de “El Guateque” (“The Party”, Blake Edwards 2968), ameniza la velada. Al menos en esta versión, una de las primeras y la que más repercusión internacional tuvo, realizada en 1963 por Astrud Gilberto Y Stan Getz. Y eso no es malo, todos montamos en ascensor, sentimos pavor en el odontólogo y nos encantaría ir una fiesta con Peter Sellers. Easy-listening o de escucha fácil, lo llaman.
Con el título original de “Garota De Ipanema”, esta bossa nova la compusieron en 1962 Vinícius De Moraes, que escribió la letra, y Antônio Carlos Jobin, que puso la música. En un primer momento se llamaba “Menina Que Passa”, algo bastante menos gracia, e iba a formar parte de “Dirigivel”, una comedia musical en la que por aquel entonces andaba trabajando Vinícius. Cuentan sus autores que estaban todo el tiempo dándole vueltas a esta canción porque no terminaban de encontrarle el punto exacto. Y así hasta que un día, sentados en el bar Veloso -ahora llamado Garota De Ipanema-, sito en la esquina de la calle Montenegro -actualmente rebautizada como Vinícius De Moraes- y la rua Prudente de Morais, la vieron pasar a ella. Dorada por el sol y poseedora de todas las virtudes de las mujeres cariocas, balanceaba su figura, una adolescente acompañada de su madre y de una tabla de surf, radiante de luz y sabor. Así describían a Heloisa Eneida Menezes Paes Pinto, más conocida como Helô Pinheiro. Pasaba todos los días por allí camino de la playa, atravesando Ipanema, un barrio de Río de Janeiro que data de 1894, lleno de sabor, elegante, moderno y lujoso. Un lugar y una imagen con banda sonora.
Esta versión de la cantante de Salvador (Brasil) Astrud Gilberto y el saxofonista de Filadelfia Stan Getz se registró en Nueva York en marzo de 1963, durante las sesiones de grabación del disco de fusión “Getz/Gilberto”, entre el músico de jazz estadounidense y el guitarrista brasileño Joao Gilberto, en las que también participaba el pianista Jobim. En un momento dado decidieron incluir una versión en inglés de “La Chica De Ipanema” (que es como la conocemos por aquí) y la única entre los brasileños allí presentes que dominaba este idioma era la mujer de Jobim, Astrud Gilberto, así que la pusieron a cantar. Evidentemente ella no se dedicaba a esto ya que era bastante sosita, lo que puede tener su encanto, pelín monocorde, algo ñoña y sin mucho color, pero al menos sin grandes defectos y amaneramientos. Eso fue lo que se aprovechó de ella, su corrección, simplicidad y pureza, por lo que se adaptó muy bien al tono que querían darle. Todos encantados y así quedó y así se convirtió en un éxito extraordinario en todo el mundo.
“Garota De Ipanema” es uno de los temas del que más versiones y más grabaciones se han realizado junto al “Besame Mucho” de la mejicana Consuelo Velázquez y el “Yesterday” de Paul McCartney y John Lennon (más bien del primero). ¡Qué coisa mais linda!
Tall and tan and young and lovely
The girl from Ipanema goes walking
And when she passes
Each one she passes goes ah
When she walks, she's like a samba
That swings so cool and sways so gently
That when she passes
Each one she passes goes, ah
Oh but he watch her so sadly
How can he tell her he loves her
Yes he would give his heart gladly
But each day when she walks to the sea
She looks straight ahead not at him
Tall and tan and young and lovely
The girl from Ipanema goes walking
And when she passes he smiles
But she doesn't see
Oh but he sees her so sadly
How can he tell her he loves her
Yes he would give his heart gladly
But each day when she walks to the sea
She looks straight ahead, not at him
Tall and tan and young and lovely
The girl from Ipanema goes walking
And when she passes he smiles
But she doesn't see, she just doesn't see
No she does not see, but she does not see
She does not see, no she does not see.
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