Dentro de unas pocas semanas, Hall & Oates regresan a los escenarios del Reino Unido tras cinco largos años de inactividad, Sony Legacy, el departamento de la multinacional discográfica encargado de manejar el legado de sus mayores estrellas, les ha elegido Artista del Mes, lo que significa que volverán a promocionar sus discos, sus vídeos, sus canciones y su música. Con esta acción seguro que algo aumentan las ventas del dúo estadounidense que a lo largo de su carrera han vendido más de 40 millones de discos.
Esta será una buena ocasión para que algunos descubran a Hall & Oates, unos músicos mucho más perdurables de lo que a simple vista pueden parecer. La actualización de su catálogo puede hacer que muchos les valoren en su justa medida, que les califiquen como lo que eran, una verdadera máquina de incrustar canciones en las listas de éxitos de todo el mundo, y que descubran su influencia en posteriores generaciones de músicos.
Parte del motivo de su éxito es que tanto Daryl Hall como John Oates estaban, desde el comienzo de su carrera, directamente conectados con las fuentes de la música. Hall trabajó en los años 60 como cantante y músico de sesión para Kenny Gamble y Leon Huff, el dúo mundialmente reconocido por ser los creadores de esa línea de soul conocida como Sonido Filadelfia que tan popular se hizo en los años 70. Por su parte, Oates había gastado sus años de formación tocando la guitarra con bandas de soul. Por eso, cuando el dúo se conoció a finales de los 60, compartieron su amor por el soul, lo que les facilitó mucho su trabajo conjunto.
En sus primeros años, Hall y Oates incorporaron a su música soul elementos de folk, rock y pop, pero no fue hasta su cuarto álbum, “Daryl Hall & John Oates”, de 1975, que la pareja alcanzó su ritmo. Con el éxito en Estados Unidos de “Sara Smile”, comenzó su absoluta conexión con el público. A medida que avanzaba la década, su propuesta se volvió cada vez más aventurera y audaz, a medida que se adueñaban de los sonidos del rock.
Todas las influencias externas se juntaron en su trilogía de álbumes lanzados entre 1980 y 1983: “Voices”, “Private Eyes” y “H20”. En ellos incluían éxitos mundiales como “Kiss On My Lips”, “I Can´t Go For That (No Can Do)”, “Maneater” y una sorprendente versión del “Family Man” de Mike Oldfield. Fue tan grade su éxito que definieron el sonido de los años 80 y fueron declarados el dúo más famoso de todos los tiempos, eclipsando incluso a Simón & Garfunkel o The Everly Brothers.
Su sonido caló hondo, tanto que Paul Young consiguió un impresionante hit con “Everytime You Go Away”, una canción claramente del estilo Hall & Oates, y muchos músicos de la emergente escena del hip-hop tomaron como referencia al dúo.
El paso del tiempo no ha marcado demasiada huella en la música de Hall & Oates y todavía siguen sonando impactantes, con excelentes melodías, estribillos demoledores y unas melodías pop con tantas influencias que se mantienen perfectamente. Buena ocasión para repescarles.
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