Hay músicos que son como esponjas y Benjamin Booker pertenece a esa absorbente especie que asume, asimila y atesora cualquier manifestación musical con la que se topa. Nacido en Virginia Beach, Virginia, pasó su infancia en Tampa, Florida, estudió periodismo –quería ser crítico musical- en la universidad de Gainesville, de donde es Tom Petty, y ha terminado viviendo en Nueva Orleans. Por donde ha pasado ha ido incorporando el espíritu de la tierra a su bagaje y el resultado final es un atinado conglomerado de escuchas y aprendizajes. Del blues al soul, del punk al rock, del garaje a boogie, todo es reconocible en su música y todo parece encajar a la perfección en sus canciones.
Cuando Benjamin Brooker aterrizó en Nueva Orleans lo hizo con una ONG y con el deseo de tocar en directo lo más posible. Empapado del espíritu de la ciudad y de su historia, pronto encontró su personal mixtura de sonidos y raíces y en diciembre de 2013 grabó en un estudio analógico de Nashville, The Bomb Shelter, su álbum de debut. Contó con la producción de Andrija Tokic, responsable de buenos discos con la firma de Hurray For The Riff Raff y Alabama Shakes. En el verano de 2014 y con el apoyo del sello ATO Records en Estados Unidos y Rough Trade Records en Europa salió el Lp “Violent Shiver” a la calle y recibió una calurosa acogida de público y crítica a ambos lados del Atlántico. Lo normal cuando se trata de un disco con tanta calidad y personalidad.
Tras la edición del álbum y de ir de gira con Jack White y Courtney Barnett, Benjamin Booker, acompañado por el batería Max Norton y el bajista Alex Spoto, inició su propia tour mundial que le trajo por Europa y le llevó también a Australia. Actualmente está completando en una exhaustiva lista de actuaciones por los Estados Unidos que continuará con una nueva visita a nuestro continente en junio, para volver a Canadá en agosto, al Squamish Valley Music Festival. Aquellos que planean sus vacaciones en función de los conciertos más apetecibles, que echen un ojo a las fechas de su gira porque el este músico está en su punto y ahora es el momento de ver como se desenvuelve sobre un escenario.
Benjamin Booker y el cineasta James Lees han decidido aprovechar recursos y en lugar de hacer un video para una canción han realizado un cortometraje para apoyar promocionalmente a dos temas, “Slow Coming” y “Wicked Waters”. O tal vez sea al revés y la música sea la excusa, y las dos canciones son el sustento perfecto para una breve y espectacular película. Sea como sea, el tándem nos ofrece un recorrido por el sur profundo en la era más dura de la segregación en los Estados Unidos. Magistralmente realizado, el clip muestra la brutalidad policial y el hondo arraigo del racismo en aquella época. Y el asunto todavía colea. Cada canción es utilizada como telón de fondo para reforzar la tensión en distintos momentos de la narración. James Lee, que había realizado excelentes clips para Ella Henderson, Passenger, Black Taxi, OneRepublic, Elisa Jo, Bloc Party, Two Door Cinema Club´s y muchos más, aquí se supera a sí mismo y entrega un producto de un altísimo nivel. Grandes canciones, gran historia, gran pequeño film. Y de Benjamin Booker... mejor escuchar su música y su voz.
I could talk for an hour
Today I'm not me
But don't you know how she is?
Honestly, how can I bother now?
To tell you the truth I ain't been sleepin' too early
Although I love to be equal
State the true love
If they're only moving it
Honestly, how can I bother now?
To tell you the truth I ain't been sleepin' too early
Although I love to be equal
Today it gets tough for learning to breathe
Today is not for me
If they learn I'm weak
I'm takin' up my time
Even though is satellites goin' in space
Still this is how I been
Even though you're still takin' up my time
Even though is satellites goin' in space
Still this is how I been
The future is slow coming
The future is slow ,slow coming
The future is slow coming
The future is slow, slow coming.
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