El sexteto Kingsley Flood vive a caballo entre Boston y Washington D.C. y es una banda con mucha personalidad, capaz de hacer las melodías más delicadas y como de atacar los ritmos más trepidantes. En la formación, todos cantan excepto el batería, Travis Ritcher. El resto disfruta con las armonías vocales y los trenzados bien trabajados de sus voces. Empezando por Naseem Khuri, voz principal y guitarra rítmica, y Jenee Morgan, segunda cantante, saxo y violín, y siguiendo por los coros y otros gorgoritos de Chris Barrett, que también toca teclados, percusión y trompeta, George Hall, guitarra solista, y Nick Balkin, bajista. Son pasión. Devoción.
La crítica musical ya se deshizo en elogios a la banda con la publicación de su primer disco “Dust Windows” en 2010, un trabajo con el que también conquistaron una numerosa partida de fanáticos seguidores. Dos años después, todo esto tuvo su continuación, y su exponencial crecimiento, con su siguiente disco, un Ep con seis canciones bautizado como “Colder Still”. En él se plasmaban claramente las bases musicales de Kingsley Flood, una banda de folk que no renuncia ni a la sincera energía del punk, ni a la poderosa musculatura sonora del hard rock, ni a los momentos más desnudos en los que mostrar toda su sensibilidad. Un sonido final que combina la narrativa de Dylan, las inspiradas melodías de The Kinks, la urgencia de The Clash y la emoción ilimitada de las más atinadas bandas actuales de neo folk.
Argumentos más que sólidos para haber ganado tres veces los Boston Music Awards y para haber sido invitados por otros artistas, ya famosos, como Josh Ritter, Brett Dennen o Langhorne Slim, para abrir sus conciertos.
Esta preciosa y delicada canción “Sigh A While” está incluida en el segundo disco grande de Kingsley Flood, que se titula “Battles”, que cuenta con la producción de Sam Kassimer y que salió al mercado en febrero de 2013. Tras un año de viajes y conciertos han decidido registrar la intensidad de su música en vivo con la grabación de un disco en directo. Para ello acondicionaron el sótano de un edificio histórico de Boston y durante dos noches, a las que asistieron amigos e invitados, capturaron esa fuerza que llevan dentro y que transmiten con su música pasional y sus canciones directas y rotundas. El resultado es “Live At The Armory”, un disco que sirve de consuelo para aquellos que no han podido disfrutar de la chispa, de la grandeza de Kingsley Flood.
The highway lights ain’t blinding enough I’ve tried
To block out all the photos and failures
That put me on this road
You see the house I built is shaking off its stilts
And the cold water flows beneath the walls where I buried my soul
Chorus:
Oh how we gonna get back home
With our pies in the skies and our eyes on the horizon
But a lollipop stuck to the floor
I will not stand (you can come back home anytime)
With my hat in hand (you can come back home)
And I know there’s a light but the tunnel is so hard to find
Chorus
Sigh a while, because these knees are not for sale
But I don’t know for how long
Chorus.
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