El tercer álbum de los vigueses Maryland, “Los Años Muertos”, ha supuesto un giro en su carrera y, al mismo tiempo, una reafirmación en sus convicciones musicales. Como en la vida de cualquier persona cabal, empezar una nueva etapa, adaptarse y seguir fiel a sus principios. Irrenunciables.
En el capítulo de cambios, quizás el más visible sea que por primera vez registran sus canciones en castellano, lo que seguramente les proporcionará una mayor difusión y, tal vez, les abrirá las fronteras a otros países de habla hispana. Otro gran novedad es que Jaime García Soriano, ex líder de los mallorquines Sexy Sadie, ya no se encarga de la producción, como ocurrió con sus dos primeros elepés, aunque su sonido sigue mostrando su influencia y la de aquella gran banda balear, luminarias del indie pop español de los noventa. Ahora en los controles se encuentra otro nombre importante Santi García, quien también aporta su granito de arena durante las grabaciones en los Estudios Ultramarinos de Sant Feliú de Guixols.
En cuanto a las reafirmaciones, Maryland sigue apostando claramente por una primorosa mezcla de power pop e indie pop, llena de guitarras cargadas de melodía, pero siempre con un punto ácido. Influencia de algunos de sus grupos más orientativos, como The Posies, The Replacements o incluso Weezer. Aquellas bandas, y otras tantas con las que crecieron, sólo sirvieron para poner los cimientos, después ellos, Rubén, Arturo, Iván, Pablo y ahora el nuevo batería Alex, han buscado su propio camino y, poco a poco, paso a paso, lo han encontrado o lo han construido.
En “Los Años Muertos” se entremezclan los grandes estribillos y un constante torbellino de guitarras saturadas. Seguros de sí mismos, firmes y equilibrados, sus canciones hablan de estados de ánimo, de sentimientos, de rupturas y reproches, arrepentimiento y perdón, rabia y desesperación. Son convincentes porque son muy buenos. Siempre lo hemos dicho, su acústico en Plástico Elástico de lo mejor que ha pasado en el programa. Simplemente mágico.
Dirigido y realizado por Martín Rodríguez e Isaura Docampo, el videoclip de “Pozo De Almas” trata sobre las relaciones, los recuerdos, ahogarse y la necesidad de respirar, sobre caminos que se bifurcan y que se separan, sobre la supervivencia, decirse adiós y volver a empezar, dar un paso hacia delante y saltar al vacío. Todas esas cosas, esas vivencias, se guardan en el pozo de almas, un lugar que nadie sabe con certeza absoluta si realmente existe. Pero es probable que sí. O tal vez no.
Hace tiempo que ya sé
que lo nuestro es un querer y no poder..
Que tu vida y mi ilusión estrangulan la obsesión
de florecer..
Nos ahogamos firmes mientras se consigue
que el aire llegue al fin.
Ya estoy preparado, extiende tu mano,
saltemos sin rencor.
Hace tiempo que curé estas llagas al beber de ti
La nostalgia te da más que el reflejo en un cristal,
da igual...
Nos ahogamos firmes mientras se consigue
que el aire llegue al fin.
Ya estoy preparado, extiende tu mano,
saltemos sin rencor
a continuar, secando mi suerte
exista seguir confiando en ti.
Nos ahogamos firmes mientras se consigue
que el aire llegue al fin
Ya estoy preparado, extiende tu mano,
saltemos sin rencor.
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