En Loff.it hemos estado siguiendo de cerca la carrera de la cantante y compositora noruega conocida como Okay Kaya. En dos ocasiones ha aparecido en esta sección, una fue hace dos años ya, cuando aún andaba preparando su primer álbum, y otra en abril de 2015, y en ambas nos llamó la atención su voz misteriosa, dulce y mágica y su particular manera de unir melodía y melancolía. Ahora, con su nuevo vídeo y canción, “Habitual Love”, lo vuelve a hacer y nos vuelve a emocionar.
Kaya Wilkins es de Nesoddtangen, un pequeño pueblo a las afueras de Oslo, en Noruega. Sus raíces son mitad escandinavas y mitad afroamericanas, de hecho nació en Nueva Jersey, aunque se trasladó. Su interés por la música se despertó siendo muy joven, cuando empezó a escuchar tanto a Dylan como el soul de Otis Redding. Sus primeros pasos los dio en compañía de su hermano mayor que tocaba la batería en una banda de heavy metal. Pero su espíritu artístico también le movió a probar otras disciplinas, como la danza, por ejemplo. También se estrenó como modelo a los 15 años participando en la pasarela de la Copenhagen Fashion Week. Luego se mudó a Nueva York para seguir en esa línea y fue allí donde empezó a componer sus primeras atmosféricas melodías y a escribir sus primeras canciones.
Su carrera musical la está compatibilizando con su actividad como modelo, ya que suele acudir a la llamada de grandes firmas y colabora con las mejores agencias del mundo. Como música utiliza el nombre de Okay Kaya y esa es su firma que aparece en el contrato con Hot Charity, la discográfica con sede en el Bronx, que tiene distribución en todo el mundo a través de XL Recordings.
No aparecen en Okay Kaya signos de agotamiento o de que haya decidido ralentizar su carrera. Tras el lanzamiento de su álbum de debut, “Both”, la cantautora noruega residente en Nueva York acaba de compartir el vídeo de su nuevo single, “Habitual Love”, un tema lento que parece surgido de una larga y lenta improvisación. Esta canción sigue la línea argumental y de identidad del LP, una dualidad que recoge el trauma, la depresión y el amor con parte de una encarnación física.
Para filmar el vídeo ha recurrido al director Jonathan Klein, alias JK, y se ha dirigido hasta su retiro en Rubber House, un lugar diseñado por Tom Piritchar para el legendario coreógrafo Eugene Loring y anteriormente propiedad del actor Willem Dafoe, cerca de New Paltz, para su filmación. En el clip Okay Kaya muestra su talento como bailarina y pone sobre el tapete una aventura amorosa secreta con un anónimo y sin rostro. Un clip de base muy artística que coincide con el ambiente oscuro y sobrecogedor de la canción.
Kaya interpreta a una joven y a su gemelo pasivo-agresivo, ambos atrapados en un misterioso juego de poder sobre un maniquí masculino y con el rostro en blanco. Es un escenario que invita al espectador a especular sobre quiénes son los personajes, que ocurrió anteriormente y la importancia del hombre/maniquí sobre sus vidas.
El espectador asiste a una obra de incierto desenlace pero de una brillante concepción artística. El baile, la coreografía, la imagen, la sensación cinematográfica… todo luce a un altísimo nivel. Sin embargo y por encima de todo, está la voz de Okay Kaya y su magnífica proyección musical.
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