The Music

Jacques Greene nos invita a bailar en la oscuridad hasta el amanecer

Ya está disponible el segundo álbum del canadiense Jackques Greene.

La noche empapa de lluvia las calles de Montreal y el embrujo de esos oscuros y húmedos sonidos influyen en las composiciones de Jacques Greene. A sus 29 años, Greene lleva haciendo música “sobre el club” desde hace más de una década. Su sonido podría ser descrito como una neblina emocional, en la que el equilibrio entre los elementos sonoros nos guía a través de sensaciones binarias. Su nuevo álbum, el segundo de su carrera, “Dawn Chorus”, se abre con “Serenity”, una canción que Greene describe como “una aproximación eufórica y extraña a los Chemical Brothers”. El single principal “Night Service” es un himno cantado por el rapero Cadence Weapon, y toda una carta de amor al club empapada en el ácido de los sintes de Greene. En otro de los cortes del disco, “Distance”, el canadiense mezcla texturas ambient con el canto sampleado de pájaros y con las serpenteantes líneas de cello de Oliver Coates.

Pero tras una noche interminable siempre llega un nuevo día, aunque a veces parezca gris, plomizo, sin brillo. Así, si el álbum de debut Jacques Greene, “Feel Infinite”, de 2017, era una banda sonora pensada para prepararse para el club, el tiempo antes de, su nuevo trabajo, “Dawn Chorus”, refleja el momento de reflexión post-rave. Un momento de sensualidad amplificada y posibilidades latentes. Son los sentimientos que afloran la mañana después. Las sensaciones, los recuerdos, el final de la aventura, de la noche.

Greene abordó la creación de “Dawn Chorus” como si fuese el trabajo de una banda al completo. Aunque los samples tuvieron un papel importante en sus comienzos, para su proceso creativo para “Dawn Chorus” se centró en crear personalmente los arreglos y grabar a un elenco estelar de músicos. El resultado es su proyecto más colaborativo hasta la fecha, con producción adicional e instrumentación del compositor de bandas sonoras Brian Reitzell (Lost In Translation), cellos del londinense Oliver Coates, producción adicional de Clams Casino y contribuciones vocales de la artista de ambient Julianna Barwick, el rapero Cadence Weapon y las cantantes Ebhoni y Rochelle Jordan. Eso sí, todos ellos convenientemente sampleados, procesados y vueltos a coser dentro del álbum.

Para crear el sonido del álbum, Jacques Greene pensó en sus artistas más queridos e investigó el equipo que usaban, para establecer un diálogo emocional con ellos. Los engranajes empleados para la grabación de la instrumentación del disco incluyeron el delay de My Bloody Valentine o el compresor de Alan Braxe y Fred Falke, productores de French Touch. Además, trabajando con el mezclador Joel Ford (de Ford & Lopatin), creó un libro de estilo para que los diferentes sonidos de cada parte del álbum, desde ritmos hasta pads, estuvieran procesados de una manera concreta, a través de pedales de guitarra y equipo externo.

El nuevo álbum del canadiense Jacques Greene es la demostración de que para crear música de club y con base electrónica, el trabajo de laboratorio es muy importante. Tanto como el concepto que hace que todo ese esfuerzo de un resultado tan excepcional.