Armon Jay nació en uno de los lugares más musicales del planeta, Nashville (Tennessee) y fue su padre, que era un pintor de retratos, un artista, el que transmitió a su hijo el gusto por músicos como Willie Nelson o Merle Haggard.
Tras una temporada tocando con distintas bandas y en medio de una fuerte crisis personal, Armon decidió emprender su carrera en solitario. Esto incluía redefinir algunos conceptos. Dado que, según explica, “una canción puede tener diferentes significados dependiendo de quien la escucha”, entonces “debía encontrar un lugar común a través del arte y de la música para contar la verdad, la realidad que está ahí, y que el oyente elija la forma de recibirla”. Posiblemente es lo de siempre, “tres acordes y la verdad”, pero también una nueva visión, otra mirada más, fresca y diferente.
Con el dinero recaudado a través de la plataforma Kickstarter, Armon viajó hasta una granja en Willamette Mountain, Utah, para grabar su disco en el estudio de Joshua James, quien además ejerció de productor y guía en un ambiente especialmente relajado y creativo. Todas las canciones parten de la sencillez extrema de una guitarra acústica y la voz de Armon Jay y luego, sobre esta base, se añaden las aportaciones de un grupo de excelentes músicos. La mezcla final la realizó en Los Ángeles Todd Burke, quien también ha trabajado con Ben Harper y Jack Johnson.
El disco, “Everything´s Different, Nothing´s Changed”, es el resultado de un largo proceso, un viaje desde la desolación al consuelo, del dolor y la ruptura, del temor y la ansiedad hacia la salvación y el optimismo. Un cantante y compositor de lo íntimo, un trovador del alma que utiliza diversos estilos, principalmente neo-folk, aunque también hay trazos de rock e incluso de jazz en sus composiciones. Música que está en línea con otros brillantes cantautores del alma como Bright Eyes, Paul Simon o Ryan Adams.