El nuevo disco de Emily Barker, “Sweet Kind Of Blue”, que salió al mercado el pasado 19 de mayo a través de Everyone Sang / Karel y de Linn Records, es una historia de amor entre la cantante y Memphis. Real.
Para poder entender cómo empezó esta unión, hay que trasladarse a la remota y rural Australia Occidental, a Bridgetown, en donde nació y se crio Emily y que la forjó en una libertad profunda e itinerante que ha impregnado toda su trayectoria, lo que la ha llevado a realizar más de doscientos conciertos al año y publicar diez álbumes.
Lo cierto es que esta carrera no hubiese existido sino llega a ser por el legendario periodista radiofónico John Peel. Cuando Emily Barker llegó por primera vez al Reino Unido se estableció en Cambridge, en donde se sumergió en la escena folk local. Ante la escasa repercusión que estaba logrando, hubo un momento en el que pensó volver a su país y retomar sus estudios. Pero fue justo entonces cuando Peel empezó a pinchar sus canciones en Radio 1 de la BBC y todos los medios se rindieron a su talento. Incluso los realizadores de cine la llamaron para que incluir alguna de sus canciones en películas, como “Héctor” (2015), protagonizada por Peter Mullan, o en series como “Wallander” o “The Shadow Line”.
Tras la separación del grupo multi-instrumental femenino The Red Clay Halo, con quien grabó cuatro álbumes, Barker se ha acercado cada vez más a sus fuentes de inspiración musical: las armonías que su madre le enseño cuando era niña, la colección de discos de su padre o sus descubrimientos de adolescencia, como el blues y el soul de artistas como Aretha Franklin, Bettye LaVette o Koko Taylor.
Durante estos últimos años Emily Barker se ha hecho un hogar en Nashville y Memphis cantando, colaborando y disfrutando de la historia musical de estas dos ciudades. En 2014, en Nashville, formó el trío Applewood Road con los compositores de Amber Rubarth y Amy Speace. Su EP homónimo fue grabado en el estudio Welcome to 1979 de esta Meca de la música. Durante 2016 no paró de actuar, realizar giras, aparecer en festivales y situar su nombre entre los mejores discos del año.
En un visita a los míticos estudios Muscle Shoals, Emily se enamoró de los viejos equipos utilizados para grabar a Aretha, Otis Redding o Etta James. Tal vez por eso, a su regreso a Inglaterra se cortó el pelo, se compró un traje negro y una bonita guitarra Gibson de 1937 y grabó un álbum en solitario en los estudios analógicos Toe Rag, en Londres. El mismo lugar en donde The White Stripes había grabado “Elephant”. La semilla del álbum “Sweet Kind Of Blue” estaban sembradas.
Con el productor ganador de un Grammy Matt Ross-Spang empezó a trabajar en un puñado de nuevas canciones que había estado escribiendo y se dirigieron a Memphis para registrarlas. Allí, en junio de 2016 y en el legendario Sam Phillips Recording Service, por donde habían pasado artistas como Elvis, Johnny Cash, BB King o Jerry Lee Lewis, grabaron el disco. Rodeada de grandes músicos y personajes afines al estudio fue tomando forma este trabajo con canciones de amores perdidos, humanidad desgarrada, viajes y carreteras o el hallazgo de un nuevo amor.
Folk, jazz y blues en esta cantante de soul de ojos azules, con el corazón puesto en los sesenta y la mirada en el siglo XXI.
La canción “Over My Shoulder” nos invita a imaginar lo que se siente al abandonar tu hogar, con tu pareja y tu joven familia, para emprender un viaje extremadamente peligroso en una búsqueda desesperada de un lugar seguro. Intentar encontrar un lugar seguro para vivir y criar a tus hijos, lejos de las bombas, el hambre, la sequía o el miedo constante. Escrita junto a Boo Hewerdine, uno de los mejores músicos británicos, está basada en la historia de Aylan Kurdi, un niño sirio de tres años de edad, cuya foto ahogado en una playa de la costa del mar Egeo se convirtió en un triste fenómeno viral y una vergüenza para la humanidad.
Letra de "Over My Shoulder", Emily Barker.
It’s time to say goodbye
Never thought I’d see this day
I’ll be looking over my shoulder
As the shoreline slips away
Gave my money to a stranger
He wouldn’t look me in the eye
He was looking over my shoulder
We both knew the reason why
Somewhere on this big old blue
I’ll find a place for me and you
So please don’t tell the children
I never learnt to swim
I feel them looking over my shoulder
As the waves come crashing in
Somewhere on this big old blue
I’ll find a place
Somewhere on this big old blue
I’ll find a place for me and you
It’s time to say goodbye
To all that we have known
No more looking over my shoulder
There’s no place like home.
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