Todo empezó hace una década cuando Chris Turpin, cantante y guitarrista, coincidió con Stephanie Jean Ward, cantante y teclista, en una banda británica, de Bath, Inglaterra, llamada Kill It Kid, con la que publicaron tres álbumes de estudio y montones de singles. Tras obtener bastante repercusión con su música mezcla de rock, blues, grunge, garage y Americana, en 2015 el grupo anunció que se tomaba un descanso indefinido. Un año más tarde, Chris y Stephanie se casaron y ya en 2019 se confirmó la disolución definitiva de la formación y que la pareja seguían adelante con una nueva propuesta llamada Ida Mae.
Cuando Kill It Kid, Chris y Stephanie no habían cumplido aún los veinte y su música era mucho más acústica. Pero a los seis meses consiguieron un contrato discográfico, se mudaron a Seattle para grabar allí su primer disco y con productores que habían trabajado con gente como The Lumineers o Brandi Carlile. Según iban progresando las cosas en Kill It Kid y su música se iba acercando más al rock alternativo, la pareja se sentía más distante. De hecho, cuando se grabó el segundo LP ya había cierta tensión. Y más con el tercero, realizado para una multinacional, con perspectivas comerciales y sin nadie que llevase realmente las riendas del grupo. Eso dio pie a que la pareja propusiera un parón para replantearse su continuidad. Kill It Kid había generado un gran revuelo en la industria musical pero también en sus componentes. Tanto que su éxito había cambiado las intenciones musicales de la banda y ni Chris ni Stephanie estaban contentos ni tenían intención de seguir por ese camino.
Tras el parón, Turpin y Ward decidieron volver a hacer la música que en sus comienzos les había incitado a tomar este camino artístico. Tomaron la decisión de dejar a un lado el rock alternativo por el que se habían ido decantando a lo largo del desarrollo de la carrera de Kill It Kid y volvieron sus pasos hacia la música de raíces americana, desde el blues del Delta hasta el folk pasando por la Americana.
Un salto difícil el que emprendieron Chris y Stephanie y un cambio radical de vida. Para empezar se trasladaron a Nashville, se pusieron un nuevo nombre artístico, Ida Mae, y se metieron en el estudio de grabación para registrar un puñado de nuevas canciones y lo hicieron en compañía del productor Ethan Johns, quien anteriormente había trabajado con artistas de la categoría y el éxito de Rufus Wainwright o The Vaccines.
El resultado de esas sesiones ha sido el álbum “Chasing Lights”, publicado a través de Vow Road Records y Thirty Tigers y con este nuevo proyecto se han lanzado a la carretera, primero con una gira por Europa y cuando la finalicen empezarán a recorrer los Estados Unidos. Como parte de esa visita al viejo continente, Ida Mae tiene previsto realizar dos conciertos en España. El martes 24 de este mes de septiembre estarán en la sala Little Bobby de Santander y el miércoles 25 en Rock & Blues Café de Zaragoza.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4