Rock&Roll

Chuck Berry, una de las razones por las que amamos la música

Considerado uno de los padres del rock and roll, su legado es inmenso y eterno.

Una nueva fecha a marcar en negro en el calendario de la música, sábado 18 de marzo, el día en que falleció, a los 90 años de edad Chuck Berry. Según fuentes oficiales, a las 12:40 hora local, las siete menos veinte hora española, se recibió una llamada en el servicio de emergencias de St. Charles County, en Missouri, para que atendieran una urgencia sanitaria en la calle Bucker. Al llegar a la vivienda encontraron un hombre bastante mayor inconsciente y aunque trataron de reanimarlo por todos los medios, fue imposible revertir la situación y poco después, a eso de la una y veinticinco, fue certificada la muerte de esta persona. El individuo en cuestión se llamaba Charles Edward Anderson, artísticamente conocido como Chuck Berry.

No es cuestión ahora de repasar la vida de este músico, posiblemente uno de los más importantes del siglo XX. Hay miles, quizás millones, de documentos, escritos, historias y enciclopedias a través de las cuales documentarse sobre Chuck Berry, nacido el 18 de octubre de 1926 en San Luis, Missouri. Mucha tinta ha relatado sus tortuosos primeros años en los que a punto estuvo de convertirse en un delincuente juvenil primero y en un pillo redomado después. Sin embargo la música salvó su vida. El blues y sus grandes maestros, como T-Bone Walker, y la guitarra le condujeron, en tiempos muy difíciles para un joven de color, hacia el trabajo primero, a destapar su genialidad después, al estrellato más tarde y finalmente a la gloria.

Se ha ido Chuck Berry, con su guitarra, sus riffs y sus grandes e inolvidables canciones, como “Carol”, “Johnny B. Goode”, “Rock And Roll Music”, “Maybellene” y tantas otras. Se fue, sí, pero su genio, su figura, su importancia, su influencia, su maestría, su carácter permanecerán para siempre al igual que las Pirámides, la Muralla China, la Torre Eiffel, la Gioconda, el David de Miguel Ángel, “Hamlet”, “El Quijote” o “Cien Años De Soledad”Su obra es, desde hace bastantes años ya, patrimonio de la humanidad y a todos nos pertenecen sus canciones. Como las de The Beatles o las de Bob Dylan. Pero además es un símbolo de Estados Unidos de América, de su cultura, de su riqueza, de la lucha y el triunfo, del talento y del éxito. Un emblema de la música del siglo XX, de la cultura de un tiempo reciente, de la revolución de una generación, de la igualdad de razas, del… del rock and roll. En la víspera del día del padre se fue uno de los padres de este género que cambió la música y la concepción de la sociedad. Aunque, pensándolo bien, hay gente que por mucho que se empeñe, nunca se irá. Si esta noticia te pone triste, sube el volumen, a tope, y ponte una de sus canciones. Verás como todo cambia y todo vuelve a brillar como siempre brillo desde que el 31 de marzo de 1958 sonó la primera nota del “Johnny B. Goode”. Por ejemplo.

El videoclip recoge una actuación de Chuck Berry en el Beat Club de Bremen, Alemania, en 1972. Se trata de una versión impagablemente cadenciosa, llena de swing y dulzura, del tema “(You Never Can Tell) C´est La Vie”,  genialmente interpretada por Chuck acompaño por Jimmy Campbell a la guitarra, el pianista Mike Snow y una sección rítmica de primer nivel formada por el batería Dave Harrison y el bajista Billy Kinsley. Una relectura de sí mismo como sólo un genio podía hacer. Un clásico rescatado para al cine por Tarantino en su película “Pulp Fiction”. Así es la vida, sí, pero lo tuyo, Chuck Berry, es la eternidad. Y eso es otra cosa.

 

It was a teenage wedding,
and the old folks wished them well
You could see that Pierre
did truly love the mademoiselle
And now the young monsieur
and madame have rung the chapel bell,
"C'est la vie", say the old folks,
it goes to show you never can tell

They furnished off an apartment
with a two room Roebuck sale
The coolerator was crammed
with TV dinners and ginger ale,
But when Pierre found work,
the little money comin' worked out well
"C'est la vie", say the old folks,
it goes to show you never can tell

They had a hi-fi phono, boy, did they let it blast
Seven hundred little records,
all rock, rhythm and jazz
But when the sun went down,
the rapid tempo of the music fell
"C'est la vie", say the old folks,
it goes to show you never can tell

They bought a souped-up jitney,
'twas a cherry red '53,
They drove it down New Orleans
to celebrate their anniversary
It was there that Pierre was married
to the lovely mademoiselle
"C'est la vie", say the old folks,
it goes to show you never can tell.