Es un tipo grande y sonriente. Y musicalmente Michael Carpenter también es así. Es un grande a la hora de componer, de tocar todos los instrumentos, desde guitarras de todo tipo a bajo, batería, teclados, etcétera; también cuando hay que cantar, una excelente primera voz o unos siempre perfectamente encajados coros y, por supuesto, cuando llega el momento de grabar y de producir, ahí es un maestro. Y un sonriente contagioso, porque a quien escucha su música se le dibuja una mueca de apacible optimismo porque sus canciones transmiten esa magia del pop, del puro pop.
Natural de Sydney, la música fue siempre la auténtica pasión de Michael Carpenter. A los 14 años tuvo su primera banda, a los 16 su primera sesión de grabación y al cumplir 20 se fue de gira por primera vez. Con 24 ya tenía su primer estudio propio y dos años más tarde su primer fracaso empresarial. Todo fluye con naturalidad y en su orden en la vida de Carpenter. Por eso era natural que a finales de los 90 formara parte de un par de importantes bandas de power pop australiano como fueron Finkers y Pyramidiacs y que viniera a Europa y pasara por España.
Precisamente en nuestro país, por su carácter abierto, sencillo y amable, hizo muy buenas relaciones y pronto volvió para presentar su primer disco en solitario y además terminó produciendo a unos enamorados del pop como son los madrileños The Happy Losers. Porque esa es una de sus más interesantes facetas, la de productor. Por sus manos y por su estudio de grabación, Love Hz Studios (que comparte con su socio Matt Fell), han pasado artistas como Bryan Estepa, Challenger 7, Perry Keyes, James Cooper, The Supahip, 78 Saab y muchos más, y también desde coros de góspel a bandas de heavy metal y orquestas infantiles. Es un gran productor que sabe sacar lo mejor de cada músico y registrarlo con un brillante y compacto sonido. Además, como experto músico de sesión ha participado en más de 300 discos y como el buen compositor que ha demostrado ser ha escrito música con otros artistas y también para cine y televisión.
Internacionalmente, Michael Carpenter está reconocido como uno de los grandes músicos australianos de power pop, tanto por sus discos en solitario como por su proyecto paralelo The Cuban Heels. Con una larguísima discografía, en la que hay deliciosos discos con temas propios y también una colección de álbumes con versiones, la última producción de Carpenter es el álbum “The Big Radio”, que justamente es el nombre de su propio sello discográfico, Big Radio Records.
El nuevo Lp es una radiante colección de canciones redondas, exuberantes de melodía y musicalidad, con estribillos irresistibles, bien cantadas y con armonías vocales muy trabajadas, con guitarras cantarinas y alegres, una justa carga de electricidad, la contundencia habitual de su batería y mucho gusto a la hora de combinar todo esto. Es puro power pop australiano. Un manual de cómo hay que hacer una canción para que siempre suene fresca y luminosa. Radiante.
“Blind” es una de las piezas que integran este “The Big Radio”, disco del que muy probablemente termine habiendo una distribución en España a través del sello Rock Indiana. Una canción co-escrita con su joven hija, Eliza, quien aportó las letras y la melodía del estribillo. Michael escribió los versos y el puente y luego grabó todos instrumentos y la cantó y que al final ha terminado convirtiéndose en una de sus realizaciones favoritas de toda su producción. Una canción que habla de ese momento en el que uno no sabe si las personas que realmente importan están allí, a tu lado, o no…
El álbum en formato físico sale oficialmente a la venta el próximo 8 de abril, aunque ya está disponible para descarga digital en la web del músico y en la página de Bandcamp de Michael Carpenter. Una gozada de disco que ilumina cualquier día, cualquier momento.
Some bonds you never think about
They make you safe inside
You go through life, leaning on your dreams
Knowing that your friends are by your side
But life is never that easy
Some folks you never can tell
One day the meaning, changes on a word
Your world twists like the breaking of a spell
You take the blame on, but sometimes the reason’s right in front of you
I should have seen right through you
You coulda read my mind
I shoulda known, I shoulda known what was coming
But I must have been blind
Some friends are there forever
They’ll stand with you through the darkness and the light
But then there’s others, no matter how you try
You never know if they’re standing by your side
Retrace the moments, trying to figure out what you did wrong
Let em go, and don’t you cry
Don’t go chasing, say good bye
What they give you, is all a lie
Move along now, you know it’s time.
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