Rollitos de cerdo negro rellenos en salsa al vino Nero d'Avola
Restaurantes

Sabores de Sicilia

Mercato Ballaró cumple su tercer aniversario como la pista diez para saborear Sicilia.

Italia es un diamante gastronómico en bruto. ¿Quién no piensa: 'Yo podría vivir allí y comer todo el tiempo'? Pero además de pizza y pasta, hay mucho más. Hay ‘sub-cocinas’ que componen la grandeza culinaria de la que hace gala y por la que es tan conocida y visitada. Hay sabores, recetas y especialidades que componen un sabroso puzle y sin ellas, Italia no tendría ese exquisito sabor. Sería otro, pero nunca tan memorable.

Angelo Marino procede de Palermo. Y desde que llegara a Madrid ha derribado multitud de tópicos en torno a su cocina patria. ¿Cómo? Ideando y cocinando autenticidad en mayúsculas. Primero en la Taverna Siciliana, luego en la Tavernetta y, desde hace tres años, también en Mercato Ballaró. Explora y descubre al público lo más apetitoso de Sicilia; se trata de una cocina tradicional, de producto, que atiende a las estaciones.

Y por estar en la que estamos, primavera, estrena platos. En ellos desfilan con gracia ingredientes como el atún rojo de almadraba, las setas (colmenillas, rebozuelo, marzuelo…) y la trufa.

Con el primero, presenta la Declinación del atún rojo; con las segundas, platos como el Morcillo guisado con colmenillas al nero d’avola; y con la tercera, por ejemplo, un aromático Carpaccio de corvina con tapenade de trufa y espárragos fritos.

En la terraza, en esa planta baja que, llegada la noche, se encuentra a media luz y con una atmósfera íntima, y también en la planta superior, más seria, “más de negocios” –como dice su propietario-, sea donde sea, Mercato Ballaró resulta apetecible.

Porque no faltan, además, sus clásicos: el Guiso marinero de pulpo, los Linguini carbonara –elaborados con papada de cerdo negro de Sicilia– o la Mascella de Vitello, deliciosa carrillada con guisantes y hierbabuena. Y para las noches de lunes a jueves, ese delicado bocado que puede alcanzar la categoría de ‘maravilla’ cuando se elabora con arte. Es decir, esas pizzas con quesos y embutidos sicilianos. Como postre, Tiramisú, por supuesto. Que aquí alcanza la categoría de imprescindible (que no alcanza cualquiera).