Tom Kerridge iba a ser actor, de hecho lo fue a ratos cuando era niño, pero cuando logró superar la adolescencia ya tenía claro que lo que le gustaba era moverse entre fogones y empezó sus estudios de cocina a los 18 años; en 2005 celebró su primera Estrella Michelin y en 2012 la segunda, un reconocimiento éste último que cobró notable importancia porque lo que Kerridge regentaba entonces no era un restaurante sino un pub, el primero en recibir dos Estrellas Michelin. Abrió un segundo negocio y ganó para él también una Estrella Michelin.
Aunque es verdad que una de las bondades de la guía Michelin es que reconoce y recomienda restaurantes de todos los rincones del mundo, incluso de algunos a los que, si no fuera por estos restaurantes, no se nos ocurriría ir, no es menos cierto que para un chef británico como Kerridge, una vez alcanzado el reconocimiento que él tiene, poner la mesa en Londres es casi una obligación porque es su capital y una de las ciudades más ricas del mundo también en lo gastronómico y eso es precisamente lo que Tom Kerridge acaba de hacer, inaugurar su primer restaurante en Londres, en el hotel Corinthia.
El local que el hotel Corinthia ha preparado para Kerridge es glamouroso y elegante, muy señorial, en tonos burdeos y verde y con absoluto protagonismo de la piel en los sillones; la propuesta gastronómica de Kerridge es muy british tanto en los ingredientes que utiliza como en las recetas que desarrolla pero con una particularidad muy especial, ese punto creativo y sugerente que define a los chef con Estrella Michelin.
Tanto los ingredientes de primera calidad como la reconocida y aplaudida experiencia de Kerridge en cocina sirven de aval al hotel Corinthia para decirnos que, si visitamos Londres, tenemos que comer al menos un día en el restaurante de Tom Kerridge en Londres.
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