¿Quién no sueña ya con un gran viaje que borre de nuestra piel y nuestro ánimo la tristeza de los plomizos días de invierno? nosotros lo hacemos y nos abrazamos más si cabe a esos sueños cuando resorts como el Anantara Kihavah Maldives hace su propuesta todavía más tentadora y apetecible de lo que ya era.
No nos referimos a sus suites con piscina ni a sus playas paradisíacas sino a su oferta gastronómica que es, más que un modo de comerte las Maldivas, una nueva manera de vivirlas. En este resort la propuesta gastronómica era ya de lo más evocadora porque proponía SEA (mar), un romántico y natural restaurante bajo el agua; FIRE (fuego), un espectacular fuego en la playa que te permitirá disfrutar de deliciosas carnes a la parrilla y SALT (sal), platos preparados con un ingrediente esencial, la sal del Himalaya; y ahora, además de mar, fuego y sal, llega el cielo, el Sky Bar más espectacular de las Maldivas.
¿Qué mejor experiencia, cuando se está en el paraíso en la tierra, que mirar al cielo? eso debieron pensar en el Anantara Kihavah Maldives porque han construído un observatorio que cuenta con el mejor telescopio de todo el Océano Índico; aquí podrás mirar al cielo y descubrir el cosmos de la mano del astrónomo Ali Shameem y, además, después podrás tumbarte y ver las estrellas al natural y brindar por ellas con un delicioso cóctel.
El mar y el cielo, en su inmensidad y en su naturaleza, son lugares comunes de emoción y pasión, también de paz; poder vivirlos y disfrutarlos ambos juntos y a la vez en un lugar alejado del mundanal ruido como es una isla privada en las Maldivas (en el atolón de Baa y a tan solo media hora de Male) se nos antoja el mejor sueño para un gran viaje de verano.
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