Restaurantes

¿A qué sabe el Treze?

El sabor del Treze es como el 13 y como el año anterior o el siguiente; es sorprendente, sabroso, rico, dulce, amargo, ácido, picante, salado... único.

Huevo a baja temperatura con setas de temporada y aromas; lasaña crujiente de liebre guisada; coca de ciervo con cebolla asada y hojas; gamo asado con setas, castañas y membrillo; albóndigas de ciervo guisadas con boletus; lomo de jabalí con manzana especiada, setas y picada de avellanas...

Así sabe el Treze en otoño y en invierno, así de cálido y apetecible resulta su menú, un clásico de cocina de mercado que se reinventa siempre al calor de los productos de temporada, elegidos y tratados magistralmente por Saúl Sanz -el chef-, deliciosamente acompañados por los vinos de la bodega de Daniel Roset -el sumiller y enólogo- y dulcificado por Elena Ursu -al mando de los postres y la repostería-.

El Treze es siempre un buen lugar para el gusto y la acogida pero en otoño y en invierno ese ser bueno se eleva a la calidez de la cocina tradicional con ese punto nuevo y especial que sólo un chef tan pegado a las vanguardias como a la tradición puede dar; y el lugar acompaña, su decoración en negro y beige y el cuidado de cada detalle da como resultado un ambiente cómodo y bello y profundamente acogedor al punto de no querer marcharte.

Nosotros lo tenemos claro, por más que el año avance y toque a su fin, gastronómicamente, nos quedamos en el Treze.