Es el lugar idóneo para ver y ser visto, y no es simplemente un club de moda. Opium viene con fuerza desde Barcelona, donde es referente indiscutible de las aves nocturnas más "in" del momento, para establecerse en la capital como templo de la tendencia y, también, por qué no, de la gastronomía.
Al más puro estilo de esos garitos neoyorquinos repletos de gente guapa que inundan el metraje de infinitas series y películas, Opium es un ambicioso proyecto que aúna música, copas, cocina y ocio a partes iguales en un amplio marco de diseño como pocos hay en Madrid.
El house, el dance comercial y el pop se dan la mano en sus dos salas y en sus reservados a ritmo de dj's de renombre. Su cuidada coctelería acompaña de manera impecable a lo que sale de los fogones, una sorprendente carta de cocina internacional y de mercado en la que los ingredientes frescos y de temporada son los principales protagonistas: Virutas de foie con sal Maldon y balsámico, canelones de faisán con trufa negra, bacalao negro con miso y salsa de yuzu, además de varias propuestas con trufa blanca, son algunas de las sabrosas posibilidades.
El interiorismo se mantiene fiel a la línea Opium, caracterizada por esa combinación de restaurante y club que fusiona, a media luz y entre algún que otro colorido destello, mobiliario contemporáneo con un espectacular ambiente sonoro. Por todo, y sin lugar a dudas, Opium es, nunca mejor dicho, "the place to be".
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