Ojalá, una exclamación que encierra deseo, es un lugar muy evocador y especial; un restaurante que, tras diez años con en activo, se ha reinventado. Su nueva estética es la que esperas encontrar en los cafés y lounges con vistas al mar y a la playa, muy luminoso y alegre, de estilo surfer e incluso con una zona en la que plantar pies sobre la arena. Aguamarina y naranja en la planta superior, todo luz, y una tonelada de arena de Almería una vez bajas las escaleras creando un lounge en una playa inventada. Todo iluminado por originales y exclusivas lámparas de diseño.
En Ojalá podrás desayunar como en vacaciones y en la playa, con la sensación de que al cruzar de vuelta al mundo la puerta de salida del local estarás pisando arena en lugar del asfalto de Malasaña, es un espacio para soñar, para prolongar el buen sabor de boca que nos deja siempre el mar; y podrás prolongarlo además hasta la madrugada porque Ojalá tiene también alma de cóctel y espacio de afterwork.
Andrés Jaque es el responsable del atrevido diseño de este encantador y desubicado lugar, un chiringuito surfero en Madrid, como se definen ellos; en Ojalá encontrarás un invernadero de varillas de paraguas, una casita-mini-bar o un baño homenaje al Smile de los Beach Boys porque para crear ambiente playero y surfer en el corazón de Malasaña hay que echarle imaginación y sueño al asunto y nadie como Jarque, premiado con el León de Plata de la últila bienal de Venecia de arquitectura, para hacerlo en el que, según reconoce él mismo, es su proyecto más innovador hasta la fecha.
En cuanto a la carta, Javier Brichetto, confiesa que el pan –pan de verdad, de masa madre, con fermentación lenta y horneado en el restaurante- es el rey y la base, porque en la playa se come con las manos y, para eso, el pan es esencial.
La cocina de Ojalá amanece con los desayunos y sigue con los brunch que completan una de las ofertas de desayuno más interesantes de Madrid, tanto que el desayuno en Ojalá termina a las 8 de la tarde en lugar de las 4 como suele ocurrir con casi todos los brunch.
A partir de las 8 la cocina cambia de aires y nos sugiere dar la vuelta al mundo a través de los sabores, bocados de todos los sabores del mundo en bocadillos, sándwiches, ensaladas, pasta, tacos, dulces… también en cócteles, cafés, tés…
¿Nos vemos en el chiringuito de la playa? En el de Madrid, en Malasaña, en Ojalá.
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