Comedor marinero
Restaurantes

Nací en el Mediterráneo

Puerto Lagasca, un restaurante que no busca artificios.

Comienza una nueva temporada y Puerto Lagasca se trae toda la esencia del Mediterráneo a la capital. Su nueva decoración, basada en azulejos marineros de refrescante color azul, se une al exquisito producto que allí se trabaja  para ser, ahora más que nunca, un puerto de referencia.

Puerto Lagasca no busca artificios. Nunca lo ha hecho. Su cocina es tradicional, sencilla, muy española y sabe a mar. Un sabor que se refuerza con el ambiente fresco que inunda siempre su barra y comedor y que se congrega en torno a su carta de picoteo.

Es la mejor opción. Como en toda buena taberna, no hay lugar al individualismo. Todo es de todos y las mesas son un ir y venir de raciones a compartir a buen precio y calidad diez. Impera la frescura de los ingredientes que se sirven y el trato respetuoso que se les da en cocina, presentándolos de la forma más natural posible sin disfrazar su esencia.

El arroz meloso con carabineros y setas de temporada es una excelente opción para el otoño, como lo es, para aquellos que añoren el buen tiempo, algún plato más fresco como el ceviche de corvina. Croquetas, calamares, salmonetes y buenas carnes forman parte de sus intocables, esos que son apuesta segura y se han ganado un hueco permanente en el restaurante.

A la hora del almuerzo, Puerto Lagasca es un hervidero de ejecutivos y residentes en la zona que esperan probar el guiso o el pescado del día. Los judiones con almejas de carril o el atún rojo encebollado a la canela son solo dos ejemplos que maridan a la perfección con una cuidada selección de grandes vinos que se ofrecen por copas.

No cabe el fracaso. Atracar en Puerto Lagasca es sentir la brisa y los sabores de nuestra costa en pleno centro de Madrid.