Nada como comenzar el día recargándonos de energía. Y en vacaciones, más, porque tenemos muchas actividades por delante. De ahí que se vuelva a un más imprescindible un buen desayuno. Además, el placer de no tener prisa y degustarlo con calma no tiene precio. ¿Y si a esa ecuación le añadimos un marco incomparable, como el del océano? La cosa ya se convierte en una auténtica delicia. Directamente, en algo digno de dioses. Lo mejor es que no hace falta irse muy lejos para encontrar toda esa combinación de sabores, slow life y costa. En cada rincón de España hay opciones. Por ejemplo, estas cinco, en las que desayunar frente al mar gozando cada bocado.
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