Insistimos siempre en que, cuando visitamos una ciudad, no sólo es para verla sino para sentirla y, en ese proceso de conocer un lugar a través de los sentidos, no puede faltar la buena mesa porque es ante ella donde el gusto en primer lugar y también el olfato e incluso el tacto por aquello de las texturas de los alimentos, se deleitan. Para conocer una ciudad, pongamos como ejemplo Córdoba, también hay que comérsela en uno de sus mejores, sino el mejor, restaurantes: Noor.
Hace décadas, por no decir siglos, que resulta impensable visitar Córdoba sin hacer lo propio con su famosa mezquita y hoy en día es también impensable visitar esta ciudad andaluza sin hacer una parada para descubrir su gastronomía, algo que hoy en día pasa, indudablemente, por una reserva en el restaurante Noor porque es ahí, en este restaurante con Estrella Michelin y con Paco Morales al mando en su cocina, donde se come la historia de Córdoba y, por ende, una parte de la historia de España.
Noor abrió sus cocinas en Córdoba hace dos años, a los pocos meses de su apertura ya tenía a los inspectores de la guía Michelin rendidos a sus propuestas y en el curso escolar y gastronómico que acaba de empezar rendirá todavía más sus voluntadas y conquistará a todavía más comensales por la boca ¿la razón? una propuesta gastronómica organizada en tres menús que hace que sea posible como nunca antes comerse la historia de Córdoba.
Los tres menús anticipan el hilo conductor de sus platos desde su nombre: bereber, tuareg y almorávide; los tres recogen diferentes platos propios de la cocina almorávide y almohade y nos ayudan a conocer a qué sabía Córdoba cuando, caído el famoso califato y perdidos también los reinos de Taifas que lo sucedieron, los imperios Almorávide y Almohade trataban de hacerse con el norte de África y el sur de España mientras la reconquista cristiana avanzaba con paso firme por toda la península Ibérica.
En la nueva carta de Noor se mezclan platos nuevos con otros que son ya clásicos de Noor, entre los nuevos delicias como el pan de limón quemado con bonito semicurado y Albaqdunis; percebes templados con néctar de cebolla, berza frita y Argán; espinacas con queso de oveja, nueces frescas y romero o setas salteadas con fondo de ave acidulado y caracoles a la menta; entre los clásicos, no faltan el Karim, que es ahora de almendra tostada, erizo del Sáhara y manzana verde con Zumaque o el postre de Algarroba.
Si visitas Córdoba antes del próximo mes de junio, recuerda que comerte la ciudad en Noor es una experiencia de obligado cumplimiento tanto si lo haces en su versión bereber (a razón de 85 euros el menú), tuareg (a razón de 110 euros el menú) o almorávide (a razón de 150 euros el menú).
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