Restaurantes

La Malaje: un rincón en Tirso de Molina para no perder el sur

Para degustar la comida de mercado andaluza en el corazón del Madrid más castizo.

La unión de un cocinero cordobés, un actor madrileño y un asesor hostelero inglés dan forma a un proyecto con mucho duende. Está regentado por Manuel Urbano, cocinero nacido en Córdoba y que comenzó en la hostelería en Tenerife en el restaurante familiar; con él, Aarón Guerrero, el popular “Chechu” de la serie Médico de Familia, que es el jefe de sala, y cerrando el trío Álex Gray, promotor de varios restaurantes.

La Malaje es un coqueto restaurante especializado en comida del sur que se encuentra en Tirso de Molina, con “vistas” a un bonito patio de una corrala. Céntrico, acogedor y muy bonito, este restaurante está ubicado en la calle Relatores, 20 en Madrid, y la pretensión de sus propietarios es que cuando se entre se pueda perder el norte, ¡pero nunca se pierda el sur!, el sur del sabor de sus platos, el sur de la decoración inspirado en los patios andaluces. La Malaje apuesta por la cocina siempre del sur (englobando también a Canarias, que tanto ha servido de inspiración al cocinero) pero con toques muy actuales. Tiene un carta divertida pero con mucho respeto al producto, “de quitar er sentío”, como reza en la misma.

Una apuesta muy variada en la que podemos encontrar: el “Picotaje”, con la ensaladilla de la mamá Fina (con encurtidos, sardinas, perejil y ajo frito), el Mojete de papas con chocos, el Bienmegusta de cazón (adobado en mojo canario), aguacate y cebolla en papillote, el Estofado de galette a la cordobesa o la Pipirrana de corvina tratada como ceviche. En carnes es imprescindible el Canelón de rabo de toro o las Carrilleras de bellota en tomate guisado. Todo esto está en la carta (el precio medio es de 35€ en mesa y 15€ en barra), pero lo mejor es dejarse llevar por el menú degustación, con el que podemos probar 7 platos de cocina de mercado por 40€.

En La Malaje se venera el aceite de oliva virgen extra, sólo cocinan con él e incluso tienen un apartado para su venta, con aceites traídos de Córdoba. Hasta el pan que se sirve en el restaurante está elaborado con él en la Panoteca. De Córdoba también vienen parte de los vinos, cuentan con más de 20 referencias en su carta.

El local no sólo tiene duende en la cocina, también en la sala, tiene una decoración de corte industrial con vigas y ladrillo visto, sillas estucadas en grises y blancos y coloridas macetas del revés con claveles que adornan sus mesas. En una de las paredes se atisba la cristalera que deja ver una especie de corrala que hace que la visita a La Malaje sea un viaje exprés al corazón de Andalucia.