Un único bocado nos puede hacer volar. Un solo pedazo de comida puede evocarnos lugares, recordarnos sensaciones de nuestra infancia o incluso a personas que han formado parte de nuestra vida. Es la magia de los ingredientes, de las recetas y los platos elaborados por chefs que saben la importancia de disfrutar con el paladar. Y es que para volar no es necesario ni siquiera moverse de la silla, tan solo coger el tenedor o la cuchara y estar dispuesto a cerrar los ojos y saborear.
En el restaurante Aire, como su nombre bien indica, se vuela de plato a plato y de sabor a sabor. Y se vuela en los dos sentidos que admite esta palabra, porque en esta rôtisserie la especialidad son las aves de corral, todas ellas procedentes de granjas sostenibles españolas y francesas que se alimentan a base de grano y vegetales de su propia huerta. Una materia prima excepcional que se acompaña con guarniciones tradicionales y también con salsas de inspiración asiática.
Codorniz, pichón, coquelet, oca o perdiz… platos a cual más apetecibles cuyos aromas recuerdan a las recetas familiares que pasan de generación en generación. Eso sí, con el toque justo de fusión para convertir las propuestas de Aire en innovadoras y originales. Erika Feldmann e Ignacio González han dado en la diana con este restaurante, el lugar idóneo para los que busquen reconciliarse con los platos tradicionales.
Las croquetas de ave, las alitas de pollo con salsa coreana, la codorniz en tempura picante o los garbanzos con oca guisada en caldo de jamón se acompañan, además, por una amplia selección de vinos franceses y españoles. El espacio acompaña y refleja la pasión que los propietarios sienten por la naturaleza, y recrea un ambiente familiar con su cocina abierta, vajilla de cerámica y servilletas de lino natural. Aire aglutina todo lo bueno de una casa de campo en pleno centro de Madrid, en concreto en el número 7 de la calle Orfila.
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