Restaurantes

El chef de los astros propios, Jordi Cruz y el ABaC

Uno de los mejores restaurantes del mundo con un chef estrella con Estrellas y Soles.

El niño prodigio de los tres soles y las tres estrellas. El niño que todo lo convierte en sabor con una técnica impecable. Nada sobra, nada falta y todo asombra. El niño con los astros propios es Jordi Cruz y el ABaC, su restaurante.

Aquí quedan atrás esas primeras judías con patatas que le cocinó a su madre cuando tenía 7 años y que se ganó un “Hijo, serás cocinero”, con todos los honores. Porque en el ABaC, Jordi pone de manifiesto su sabiduría, su arte y lo combina con lo aprendido en la Escuela Superior de Hostelería de Manresa y en el Estany Clar de Cercs, el primer restaurante en el que trabajó y que le valió su primer estrella Michelin.

Allí arriba, más cerca de los astros, en la Avenida Tibidabo de Barcelona, se sucede un desfile de platos creativos, innovadores, sorprendentes… Como el "Nitro sorbete de tomate de árbol con salazones”, la "Cinta frita servida con una holandesa espumosa de sus carnes asadas, limón y plancton”, la "Raya negra, pan de ajo negro, ajos cocinados, mostaza japonesa, espinas crujientes y cremosa”, la "Bullabesa de gamba infusionada con naranja, azafrán y pan de plancton” y los “Gnocchi Parmesana con jugo y setas cocinadas con citronela setas salteadas y trufa". También la "Centolla y caviar con rambután y guanábana al aceite de chile” que llega a través del menú degustación y es la antesala de delicias dulces como "Rocas de chocolate y trufa blanca con requesón, miel y nueces”  y las "Burbujas de tónica con mango, limón confitado y enebro”.  En vajilla Versace, todo, y maridado con algunas de sus 1.200 joyas provenientes de todas partes del mundo, que guarda con celo en su bodega.

Creaciones osadas, perfectas, minuciosas donde el respeto al producto es lo que manda. El niño sabe que la cocina es artesanal, que sólo después de oler, palpar, analizar y probar cientos de veces, hasta que el resultado sorprenda... y es entonces cuando uno puede emplatar creatividad.

Así que en el ABaC, uno no puede esperar más que perfección y ambición; precisión y esmero. Y mucha diversión (es un niño, ¿no?).

El niño prodigio también es estrella, televisiva, el chef Masterchef, podrías llamarlo.  És un astro que colecciona astros: 3 Estrellas Michelin, 3 Soles Repsol y miles de premios mundiales que lo hacen estar en la mira por ser uno de los mejores cocineros españoles, poniendo de manifiesto su buena estrella (la única, tal vez, innata) que lo hace estar al frente del ABaC, uno de los mejores restaurantes del mundo.