Está un poco escondido, como si quisiera ser un restaurante secreto, el templo de un club privado de amantes de la cocina japonesa de más alto nivel. Quizás, es por ello que los clientes que ya se han convertido en fieles del Green Tea hablan de este nuevo restaurante con complicidad, como queriendo compartir un hallazgo que debe quedar así, entre nosotros, para evitar que pierda su encanto.
Se encuentra dentro del Hotel Palace, aunque con una gestión propia, y viene a reforzar la oferta gastronómica del cinco estrellas. Pero no solo está disponible para los clientes, sino también para todo aquel que quiera disfrutar de platillos japoneses y peruanos en una fusión de sabores muy acertada, plasmada en platos como el Tiradito de lubina en ají amarillo (17,50 €), por ejemplo.
Con una veintena de mesas, pensadas sobre todo para parejas que quieran compartir las diferentes especialidades de la carta, el Green Tea abrió sus puertas a finales de la pasada primavera y este otoño estrena un nuevo menú. Entre sus platos estrella, el tartar, que se puede encargar de atún marinado en salsa de cítricos y base de aguacate (sencillamente, delicioso), de pez toro con caviar tobiko o de salmón con pera nashi y aliño de yuzu y sisho (de 18,50 € a 32,50 €).
Los platos se realizan con agilidad y al momento, lo cual asegura que la materia prima llegue a la mesa en las mejores condiciones de calidad y frescura. De hecho, para asegurar la autenticidad asiática, no tienen reparos en comprar piezas enteras de pez limón, por ejemplo, a distribuidores japoneses. Así, no es de extrañar que haya platos como el Uromaki de gamba tempurizada y salsa de anguila y aguacate que sean para relamerse; o el nigiri de pez mantequilla, que se flambea con aceite de trufa para que se cierre el poro graso y, además, llegue ligeramente templado al comensal.
El postre tiene como protagonista al helado de té verde, así como un excelente vino malagueño, el Molino Real, que encumbra el sabor de la crema. De hecho, el Green Tea tiene una muy buena bodega, con más de una decenas de etiquetas por copa. El remate a una gran cena, su sorbete 'Winter is coming', un guiño literario compuesto por fruta de la pasión y ron que, algunas noches, es sustituido por el sorbete de fruta del dragón. Más tendencia, imposible.
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