Restaurantes

Festival de sabores

El Bohío, la estrella Michelín de Illescas.

El Bohío es un restaurante de decoración clásica y acogedora que nos recuerda el hogar familiar en cuya cocina empezamos a descubrir los sabores; y no es extraño que sea así, porque El Bohío era la casa de niños de Pepe y Diego, quienes lo regentan hoy.

Hablamos de un restaurante que abrió sus puertas en 1930 en Illescas, Toledo, donde continua complaciendo los gustos más exquisitos con nuevos menús absolutamente vanguardistas, propuestas que nacen de las que se servían en los años 30 y 40, un estilo de cocina, sin duda, más tradicional, y también menos sorprendente, aquel de antaño.

Hoy es Pepe Rodríguez Rey, discípulo de Martín Berasategui, el chef que manda en los fogones de El Bohío, el restaurante que abrieran sus abuelos y que mantiene hoy, desde 1999, una estrella michelín; Pepe se lanzó al vacío de la cocina vanguardista sin perder el mimo y el cuidado por los productos frescos y naturales de primera calidad, y las ricas recetas tradicionales pero, aprovechando las innovadoras técnicas de la nueva cocina, sorprendió a propios y extraños reinventando la cocina castellana tradicional y convirtiéndola en nueva tendencia gastronómica.

El solo repaso de su menú degustación se convierte en una cantinela hipnótica que nos pone camino a Illescas... sardina con merengue de frutos rojos; crujiente de pescado; guiso de carcamusa; sopa de coliflor, huevas de arenque y maiz frito; langostinos con manzana y wasabi; ropa vieja con el caldo del cocido; bacalao con el jugo de su adobo; lomo de ciervo con su embutido; huevo con setas y tocino; cabrito asado con cebolletas... y de postre chocolate especiado con café, flan de caramelo o naranja, campari y azafrán.

Tal menú no puede regarse con cualquier vino, y ahí están las 800 referencias que mantiene el Bohío en su bodega bajo la selección del sumiller de la casa, José Carlos de la Fuente.

Un menú para degustar y disfrutar en el acogedor ambiente de un local que mantiene la calidez de antaño después de la cuidada renovación decorativa que Diego Rodríguez Rey, responsable de sala, ha llevado a cabo.